JERRY GOODMAN Y DIÁLOGOS 3

Si, de algún modo, hay alguien al que le tenga que agradecer el que sea un enamorado de la música New Age (me gusta más este término en inglés que el más genérico en español “nuevas músicas”), es a Ramón Trecet, un periodista algo histriónico y polifacético, relativamente conocido por comentar partidos de baloncesto y otros deportes y, sobre todo, por su manera de narrar dichos encuentros, algo socarrona, quizá pedante, pero sin duda, diferente.

Lo que tal vez no conozca tanto la gente es que el bueno de Ramón, también ha pasado a la historia por haber sido uno de los grandes pioneros de la introducción de la música New Age en nuestro país. Ramón Trecet inició en 1986 un programa mítico para los que lo escuchábamos, denominado Diálogos 3, emitido por la selecta Radio 3 de Radio Nacional de España, precisamente emisora que con una línea muy uniforme ha ido apoyando a las músicas poco convencionales y que se salen de los circuitos más comerciales.

Diálogos 3 nos acercó durante más de veinte años de emisión, ya que lo liquidaron en 2008, a la música New Age. En aquella época de su nacimiento el bagaje de esta música era balbuciente y en España, concretamente, su conocimiento era limitadísimo. Coincidió la puesta en marcha de este programa con una época en la que muchos universitarios nos creíamos muy cultos por escuchar músicas a las que no teníamos acostumbrado el oído: melódicas, muy trabajadas, con aparición de apoyos electrónicos y computadoras, agradables en suma.

Y, sobre todo, coincidió con que el programa comenzaba a una hora en la que podías relajarte y dedicarte un tiempo al placer de escuchar buena música; a las tres de la tarde, después de comer. Recuerdo que estudiábamos con Diálogos 3 de fondo, porque era y es un tipo de música no invasiva que te permite realizar otros quehaceres sin alterarte en exceso, y lo que más recuerdo y me sorprendo de ello es que era capaz de sacrificar mi siesta.

Como digo, comenzó a ser un fenómeno un tanto limitado para intelectualillos, o sea, que iba bien según el círculo, decir que escuchabas Diálogos 3. Quizá con el tiempo todo vuelve a su ser y mucha gente que era seguidor del programa, no es que olvidara la música New Age, sino que convino en que estaba bien pero que tampoco era como para perder la cabeza.

Tenía mérito lo de Trecet en sus inicios, cuando no existía Internet y la información sobre estas músicas alternativas era muy reducida; tendría que buscar a través de publicaciones específicas en Estados Unidos, país que siempre ha sido, de algún modo, el abanderado de la New Age, encontrando la mayor parte de los discos en dicho país, pues dudo que en España hubiera alguna tienda especializada que trajera discos de este tipo, a lo sumo en Madrid o Barcelona.

Diálogos 3 daba para mucho en esa hora de radio diaria, de lunes a viernes, y Ramón Trecet traía melodías ensoñadoras, poesía hecha música, y además se documentaba, hacía una breve reseña de los autores, estaba muy puesto y no era el irónico comentarista deportivo, ni mucho menos, era tan pausado y sensible como la misma música que acertaba a presentarnos.

Comenzaron, por tanto, a llegarnos nombres de compositores y músicos que jamás habíamos oído hasta ese momento. Y era una música perfectamente elaborada, era como la música clásica del siglo XX.

Creo que escucharía muchísimas horas del programa y de sus contenidos, y al final, como indicaba antes, con el tiempo, muchos de los que hablaban y se jactaban de ser habituales de Diálogos 3 y de la música New Age tiraron la toalla. Yo continué, no porque me considere más que nadie, simplemente porque me gustó y me gusta esta música, y prefiero poner un disco de Jerry Goodman, a los éxitos comerciales más actuales.

Pues precisamente quería hablar de Jerry Goodman, porque entre esas incontables horas de radio, al final uno va separando el grano de la paja, y se le van quedando en la mente una serie de temas que ya son para toda la vida. Eso es lo que tiene Goodman, un virtuoso del violín eléctrico, que en mitad de una trayectoria artística dedicada al rock progresivo y al jazz fusión, se hizo un sitio en la New Age.

Y es curioso porque en este apartado musical, en el de la composición, ha sido poco prolífico. Sorprendió en 1985 con un pedazo de disco titulado On the Future of Aviation, y el tema que daba título a este trabajo es el que más ha trascendido porque es casi un emblema de la New Age.

Este violinista nacido en 1949 en Chicago ha estado siempre más ligado a otras corrientes musicales, antes y después de su incursión como compositor. En este apartado sólo tiene tres discos, el anteriormente señalado, después hizo en 1986 otro titulado Ariel, y en 1987 concluye esta producción musical especial con It´s Alive, una suerte de trabajo donde interpreta en una sesión en directo, temas de los dos discos anteriores y algún que otro temilla de nuevo cuño.

Y ahí concluye la carrera en solitario de Goodman. Me aventuro a hacer mi hipótesis sobre esta corta andadura. Imagino que, como todo en esta vida, no le vería color a tanto trabajo de composición para luego sacarle poco rendimiento económico, por mucho que Estados Unidos estuviera a la cabeza de esta vanguardista corriente musical. Por otro lado, el tema On the Future of Aviation, de su primer disco fue tan sencillamente genial, tan buenísimo, que cualquier otra composición que llevara a cabo, a duras penas podría acercarse a esa calidad. Así que tuvo una aventura en solitario bastante efímera. Aunque lógicamente después ha seguido tocando en varios grupos con su particular estilo de tocar el violín e introduciéndolo en muchas composiciones modernas de rock progresivo, acústico y sinfónico.

En todo caso, este flirteo de Jerry Goodman ha pasado a la historia de la música New Age. Este como otros, estuvieron durante varios años madurando esta corriente artística, luego Enya, también genial, pero más comercial, recogería los frutos, cuando ya se estaba haciendo música tan particular, tan privada, desde un par de décadas atrás.

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