¿POR QUÉ ESPAÑA GANÓ EL MUNDIAL DE FÚTBOL FEMENINO?

Llevo ya varias entradas en este blog en las que hago retrospectivas sobre lo acontecido en el mundial de algún deporte, obviamente de algún deporte que puedo controlar y del que he podido hacer un seguimiento más o menos relevante, baloncesto, fútbol, natación, hockey hielo o rugby son algunos ejemplos.

De chico y de joven era muy futbolero y aunque sigo bastante al tanto de este deporte, la mercantilización del mismo me ha ido echando a un lado y me he aficionado más a los deportes minoritarios. Eso no quita que en el penúltimo Mundial de fútbol femenino hiciera un somero análisis de las ganadoras, Estados Unidos, reflexionando acerca de su espectacular dominio, en lo que yo bautizaba con esta pregunta «¿Por qué la selección femenina de fútbol de EE.UU. es infinitamente mejor que la masculina?», en dicha entrada ya apuntaba al crecimiento de España.

Me veo espoleado por los acontecimientos posteriores al triunfo de las nuestras a ensalzar el enorme valor de un triunfo que se ha visto ensombrecido por un beso y lo que vino después. Por eso, porque ellas se lo merecen y porque lo deportivo debiera imperar siempre sobre lo extradeportivo, aun con la importancia que lo ocurrido posteriormente pueda tener, aporto mi pequeño grano de arena para poner en valor lo conseguido.

A modo de paréntesis y porque parece inevitable no entrar al trapo, he de decir que se me antoja complicado opinar a sabiendas de que no puedo contentar a todo el mundo, de que no creo sinceramente que nadie lleve razón en este asunto. Vuelvo a apelar a esa pequeña filosofía de vida que llevo manejando desde hace mucho tiempo, nada es blanco ni negro, siempre es gris y con una gama inmensa de grises.

Rubiales es un chorizo y lo que hizo estuvo mal y la gestión posterior de su error fue lamentable. Sinceramente no creo que hubiera mala intención por su parte, pero no debió ni besar y si me apuran ni mucho menos tocarse los genitales en el palco de autoridades, porque este tío es el representante de un deporte tan importante como el fútbol y de un país donde se hace un seguimiento como si se tratara de una cuestión de estado. Pero dicho esto Rubiales no es un maltratador, no creo que haya cometido un delito y se le ha perseguido y mediáticamente juzgado con más virulencia que a muchos violadores o maltratadores. Y lo que me molesta y mucho es que las personas que han sido más virulentas en esta polémica son incapaces de decir el nombre de cinco jugadoras de la selección y menos reconocerlas. La gente de izquierdas ha aprovechado para cebarse, esa que no ve la viga en ojo propio; y los medios de comunicación lo querían liquidar y han encontrado el caldo de cultivo perfecto.

Y ahora el análisis, hace cuatro años el Mundial lo ganó Estados Unidos y ellas eran las favoritas. No sigo mucho a esta selección y un poco a las europeas, pero lo que funcionó en el anterior campeonato y en el que estuve bastante encima ya no les ha valido. Estados Unidos venía de un ciclo impresionante de dos mundiales seguidos, 2015 y 2019. Las claves de ese dominio abrumador eran un portentoso grupo de mujeres con grandes dotes atléticas, impresionante condición física y razonable técnica individual; amén de ello funcionaban como club y no como selección, y la Federación de su país obligaba a volver el año anterior al Mundial a jugar en Estados Unidos a aquellas jugadoras que pertenecían a un club foráneo.

En el análisis que yo hacía cuatro años atrás subrayaba que el hecho de que cada jugadora estadounidense no fuera mejor que muchas de otros países en técnica individual era un defecto liviano porque quedaba ensombrecido por el resto de cualidades.

Probablemente el efecto «isla» ya haya dejado de funcionar, es evidente que todas las rachas tienen su final y las norteamericanas no iban a ser eternamente vencedoras; se ha evidenciado que mientras que otros países han crecido ellas se han estancado, digamos que funcionar como club y ser fuertes en la liga de su país ha sido negativo, les ha faltado endogamia, mezclarse más, competir fuera en clubes europeos donde se ha crecido notablemente en estos cuatro años.

Todas esas virtudes se apreciaban en todas las facetas del juego y en todas las demarcaciones del terreno, y ahora yo diría que se ha evidenciado que en defensa fueron menos contundentes, en el medio campo dominantes pero no exquisitas y en ataque previsibles. Conviene aclarar que bajo mi punto de vista se han analizado mejor que nunca las características de las americanas puesto que las selecciones europeas han crecido en preparación física, técnica individual, nivel de presión, táctica…

Rubiales será muchas cosas pero tonto no es, o al menos ha procurado rodearse de buenos profesionales del fútbol, los triunfos en categorías inferiores, tanto femeninos como masculinos, son una constante en las últimas dos décadas y cuando accedió al cargo dispuso que esa estructura siguiera funcionando como una máquina perfecta, algo le tendremos que aplaudir al motrileño, que digo yo…

Esos triunfos en categorías inferiores han sido más duraderos en el tiempo en categoría masculina y más recientes en categoría femenina. Sin embargo, la trasferencia de esos resultados a la categoría absoluta han sido limitadísimos en categoría masculina y ha sido lógica y de éxito en categoría femenina.

La lectura fácil es que el fútbol profesional masculino que es propiedad de los clubes tiene un componente mercantilista muy potente y no apuesta por la cantera, quiere resultados inmediatos y ficha a futbolistas consagrados antes que darle oportunidad a sus cachorros, a la vista está que más de la mitad de los delanteros de clubes de 1ª son extranjeros, y a buen seguro que muchos con menos nivel que los que han apuntado maneras de jóvenes. Desde 2008 un español no gana el Pichichi, con el peculiar Dani Güiza, y pasarán años hasta volver a ver a otro futbolista español conseguir ese logro.

En categoría femenina los clubes españoles han ido fichando jugadoras extranjeras, lo cual es interesante para elevar el nivel de nuestras competiciones, pero no al nivel de los hombres, con lo que todas esas niñas que han triunfado en campeonatos de Europa o del mundo en categorías inferiores aterrizan fácilmente en sus clubes, ese talento no se pierde, progresa de forma ordenada.

He de decir que tuve mis dudas cuando hace unos meses algunas jugadoras se pusieron en pie de guerra contra la Federación española y se negaron a ser seleccionadas mientras siguiera Vilda, achacando razones de carácter técnico, desde luego, todo se precipitó con aquella derrota en la Eurocopa ante Inglaterra tras un planteamiento pésimo de un partido que íbamos ganando y que determinadas cuestiones tácticas erróneas dieron al traste con nuestras aspiraciones. Pero fueron volviendo al redil algunas, las menos no fueron de la partida y al menos tres de ellas eran titularísimas.

Es decir, Vilda tuvo que recomponer su equipo, reinventarse, superar adversidades y la Federación con él, porque era un pulso y porque torcer el brazo supondría un malísimo antecedente. España ha ganado el Mundial, los planteamientos tácticos de Vilda han sido fantásticos y no tengo dudas, hizo bien la Federación en confiar en este seleccionador y las que no quisieron salir en la foto ellas se lo han perdido, me gustaría que no fuera para siempre pero lo cierto es que ya no han podido formar parte de una página dorada de la historia de nuestro país.

El crecimiento del fútbol femenino en nuestro país ha sido exponencial en la última década y es evidente que la punta de lanza la protagoniza el FC Barcelona que no solo ha conseguido dos Ligas de Campeones en estos últimos tres años, que ha fichado buenas jugadoras foráneas sino que ha sido la punta de lanza del fútbol femenino en España, siendo la columna vertebral de la selección, y eso ayuda y mucho, porque también lo fue el Barça con Iniesta al frente el que capitalizó aquel logro del Mundial masculino de 2010.

Y es fácil construir un seleccionado con la base de un equipo fuerte, un equipo tan dominante en Europa como el FC Barcelona, porque se adicionan piezas y se encajan con más facilidad, y la calidad en otros clubes españoles se ha evidenciado. Hace cuatro años escribía que apenas el Real Madrid femenino empezaba su proyecto y en nada se ha consolidado, es obvio que ha mediado bastante dinero, pero también ha logrado acaparar a jugadoras muy competitivas.

En este punto cabe señalar que cuando un equipo gana un Mundial es porque ha sido el mejor y no puede haber una sola clave sino muchas, y que ya he ido apuntando. Aparte de la magnífica dirección técnica y de la buena plantilla, hubo muchísimos detalles. Creo que la España femenina es una dignísima heredera del tiquitaca, nuestras chicas tocaban bien y además con criterio, con rapidez, es decir, para desgastar el rival y para progresar en el campo.

Consiguieron superar una dolorosa derrota ante Japón y para Vilda fue un antes y un después, y no es sencillo digerir un golpe tan duro, pero el movimiento de piezas fue certero, quirúrgico.

El centro del campo magnífico, la defensa notable y el ataque sin ser letal se compensaba con que teníamos una enorme cantidad de jugadoras con gol, el más claro ejemplo es la lateral Olga Carmona que desde su posición defensiva fue capaz de marcar en la semifinal y el del triunfo en la gran final.

Quizás uno de los grandes factores diferenciales del fútbol femenino es tener una delantera con calidad y rapidez, porque las defensas corriendo hacia atrás son más vulnerables y más lentas. España sufrió este factor contra Japón, y en los empates que nos hicieron Países Bajos y Suecia; pero las nuestras también supieron sacar partido a este elemento, ya que Salma Paralluelo, que estuvo compitiendo como atleta hasta hace poco, tenía una zancada y una destreza que desarbolaba claramente las defensas.

Es un gran mérito de Vilda y de sus seleccionadas que no se haya tenido que echar de menos a las que se borraron, es decir, que con una selección que no era teóricamente la mejor posible, aun así han sido las mejores del mundo, ahí es nada. Y además contando con que la Balón de Oro por partida doble, Alexia Putellas, no estaba al 100 %, y es que tras sufrir una importante lesión hace un año y haber tenido una temporada a medio gas, a la vista está que no ha sido tan determinante como lo ha sido para el Barcelona o para la selección años atrás. Y a todo esto es profundamente injusto, por ser un efecto colateral del asunto Rubiales, que no se haya renovado a Vilda.

Hemos comenzado nuestra vitrina de trofeos importantes con el mejor posible, se están haciendo bien las cosas y este logro no puede ser el punto de llegada sino el punto de partida para no bajarse del favoritismo y tratar de conseguir Eurocopa, Juegos Olímpicos y nuevos Mundiales, ojalá que lo veamos.

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