CORTO MALTÉS, EL VIVIDOR ROMÁNTICO Y COSMOPOLITA QUE NOS REGALÓ HUGO PRATT

Veía a este personaje en aquellos añorados tenderetes de cómics y libros que esperaba con ilusión cada feria de san Agustín de Linares, tenderetes hoy inexistentes y que han pasado a ubicarse en zonas de playa o en eventuales ferias municipales del libro. Y lo cierto es que me intrigaba, tanto su nombre, Corto Maltés, como su figura, un galán con trazos muy perfilados que portaba gorra de marinero y pitillo en la boca con un estilo un tanto casual.

Nunca compré de niño o joven ninguna de esas historietas y ya, con el tiempo, conocí las andanzas de este personaje y del autor que estaba detrás, Hugo Pratt. Y lo cierto es que estuvo durante un tiempo perdido en mi memoria el nombre del personaje porque tenía ese especial interés por conectar mi presente con mi pasado y estuve, diría que años, intentando que me surgiera la chispa y que en algún rincón escondido de mi cerebro hallara el nombre para meterle mano, para dar cuenta en esta bitácora semanal.

Y vino la inspiración y el personaje estuvo calentando en la banda algún año que otro hasta que me puse manos a la obra. He estado leyendo historietas de Corto Maltés durante unos tres meses, a ratos, pero a veces en ratos bastante largos, porque cuando iniciaba una historia me enganchaba tanto que quería terminarla.

Casi debiera empezar antes, aunque sea brevemente, por el autor de esta historieta clásica. Hugo Pratt, cuyo apellido nos podría aventurar alguna reminiscencia española, catalana, en realidad bautizado como Ugo Eugenio Prat, era italiano, con ascendencia francesa y también veneciana sefardí (familia Toledano) por la rama paterna, y también con origen veneciano sefardí por parte de madre (familia Genero). Aunque nacido cerca de Rímini él siempre se sintió veneciano. Nació en 1927 y siendo niño vivió unos años en Etiopía con ocasión de la ocupación de ese país por los italianos. Durante la 2ª Guerra Mundial sería intérprete del ejército aliado. Después viviría en Argentina donde comenzó a interesarse por el mundo editorial, las ilustraciones. Ya en 1962 volvería a Italia y fue en 1967 cuando creó a Corto Maltés, la historieta que le hizo mundialmente famoso.

Muy resumidamente esta es la biografía de Pratt, en la que se desprende que fue una vida prolífera y sobre todo rica en experiencias. Pratt fue un indudable hombre de mundo y todos los expertos en las historietas de Corto Maltés coinciden en que plasmó en este personaje buena parte de su bagaje vital, e incluso la propia fisonomía de Corto era una extensión del propio Pratt, apuesto, galán, canallita, chulo, vividor…

Las similitudes son tan obvias, tan evidentes que el personaje «recoge» alguno de esos datos biográficos de Pratt y, sobre todo, el hilo conductor del Mediterráneo. Corto Maltés nace en la capital de Malta, La Valeta, y es hijo de una gitana sevillana, de Triana para más señas, y de un marino británico originario de Cornualles al que nunca llegaría a ver. Sus padres se conocerían en Gibraltar donde tendrían un idilio fugaz que se prolongará en Malta. El Corto niño se cría en Córdoba y en el barrio de la Judería correteará con sus amigos y también beberá de las fuentes de un viejo rabino que le enseñará la cultura hebrea. Después vivirá en Malta y de muy joven se enrolará en barcos mercantes y ahí comenzará su periplo aventurero por todo el mundo.

Hugo Pratt construye un personaje en el que conjuga acción, aventura, misterio, intriga…, y además todo ello lo mezcla con un poco de historia y mucho de geografía mundial. Para un apasionado de la geografía como yo, Corto Maltés es un fantástico anfitrión para mostrarnos el mundo que menos sale en la tele o en las revistas de viajes, micropaíses, islas remotas o ciudades de lugares exóticos, eso denota ese conocimiento, probablemente vivido, de Pratt a lo largo del mundo. Lógicamente en la época en que se creó había menos acceso a información con lo que goza de mayor valor esta historieta.

No es desdeñable el valor histórico del recorrido vital de Corto, y es que Pratt, para acotar el personaje, lo construye con un desarrollo cronológico, es decir, que su historieta avanza al ritmo en que va creando aventuras el ilustrador, evoluciona por tanto, y a Corto lo conocemos prácticamente desde su juventud. Pratt se sitúa, a modo de juego imaginativo, en una parte de la historia que él no ha conocido pero que es relativamente reciente y por el contexto temporal es muy probable que hubiera leído mucha literatura y prensa al respecto; y es que Corto nace en 1887 y sus aventuras se inician poco antes de la 1ª Guerra Mundial, pero es realmente en este período bélico donde este personaje «engancha», porque sus vivencias nos llevan a ese conflicto y a los convulsos años posteriores donde se vivieron otras guerras menores en distintos focos calientes de diversos puntos del mundo.

Corto Maltés es un marino mercante, aunque realmente casi marino a secas, porque atendiendo a una hipotética misión profesional tampoco se deduce que sea ninguna concreta, en realidad nuestro héroe es un buscavidas, va de acá para allá viendo mundo, adquiriendo experiencias, conociendo gente importante, coqueteando con mujeres hermosas, transpirando culturas y costumbres de cada sitio, y finalmente está interesado en el trapicheo, en buscar oportunidades de negocio poco legales, en tratar de encontrar tesoros perdidos o herencias sin dueño.

Es muy probable que la filosofía del personaje fuera la de buscar en río revuelto, o básicamente que le gustaba la marcha, porque casi donde hay conflictos en cada lado del mundo allí está él, que además no se casa con nadie, y que casi es como un mercenario que va por libre y que ayuda a uno o a otro postor por poca recompensa o porque simplemente le ha caído en gracia.

Lo de los personajes históricos le da una pátina de importancia al personaje, para darle el talante de que estaba en el meollo, allí donde se decidía el devenir del mundo moderno, por sus páginas pasan los escritores Herman Hesse o Jack London, militares como un joven Stalin, el Barón Rojo o un inquietante Urgern von Sternberg, o el bandido estadounidense Butch Cassidy. No obstante, el personaje más recurrente en las historietas de Corto Maltés es Rasputín, que no es el siniestro personaje ruso que todos conocemos aunque por el aspecto del mismo se inspiró claramente en él.

Las historietas de Corto son, valga el juego de palabras, largas, a veces enrevesadas, y en ellas el personaje se precia de meterse en líos, es un superhombre que no le tiene miedo a nada, que trabaja bien los puños y que en cada aventura está a punto de perder la vida, incluso varias veces; de hecho algunas veces incluso lo dejan fuera de combate, pero tiene varias vidas y logra tener un golpe de suerte para salir siempre airoso de cualquier trance.

Tiene una parte romántica muy reconocible, pero sin entrar en lo propiamente erótico, es más lo que sugiere que lo que hace, es decir, que siempre coquetea con mujeres guapas, que además a muchas las defiende, pero que nunca actúa. De igual modo, cuenta que ha estado con muchas mujeres pero tampoco hay reflejo expreso en las viñetas, ¿es un poco fantasmilla?, yo diría que Pratt le otorgó en el ámbito de la relaciones un perfil discreto, como si se pudiera contar lo justo y hacer suponer que había mucho más detrás.

En muchas aventuras de Maltés tiene notable presencia lo esotérico, lo místico, lo secreto, lo misterioso, es como si en cada uno de sus viajes tratara de mantenernos en suspense, porque siempre hay algún tesoro que buscar o algo sobrenatural que tiene que solventar. También estas temáticas se mezclan con lo onírico, y no es extraño que en cualquier episodio en que Corto es golpeado, algo por otra parte nada infrecuente, Pratt le dedica varias páginas a contar historias paralelas que su personaje vive en sus sueños.

El dibujo de Hugo Pratt es certero, lleno de matices en los rasgos de sus personajes, pero no es especialmente minucioso o detallista, no desea que sus historias se vean ensombrecidas por el soporte de la imagen, ni siquiera utiliza colores vivos, todo es un tanto tenue, y puede ser que también que lo hiciera para no ofrecernos una visión transgresora, ante un mundo que en la época de Pratt o la más pretérita de Corto, era en blanco y negro.

Ante todo Corto Maltés es un vividor, le gusta viajar, pero no al mundo conocido, sino al mundo más recóndito y menos popular, islas del Caribe son muy reiteradas, zonas del Cáucaso, otras de África, la América profunda, o una Europa muy rural. Corto es un viajero romántico, un chulo de los de toda la vida que se pone el mundo por montera para disfrutar de ella, metiéndose en líos, dándole a los puños, viviendo casi al día y conociendo a gentes de todos los lugares, y de paso una canita al aire de vez en cuando.

Comentarios