CUANDO LOS ESPAÑOLES CAMBIAMOS LAS REGLAS DE LA JABALINA

Hasta hace bien pocas fechas, apenas un par de décadas, no estábamos acostumbrados en España a sonados éxitos deportivos; sin duda, el punto de inflexión estuvo en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. A partir de ahí podemos hablar ya de madurez en nuestro deporte con la consolidación de infraestructuras y bases de entrenamiento para que, aunque crisis como esta hagan resentir cualquier elemento de nuestra sociedad, sigamos alcanzado hitos en el deporte y disfrutando de los mismos.

Pero, como digo, esa realidad no se daba con tanta frecuencia en el pasado, ahora podemos estar hablando de éxitos en nuestros deportes simplemente echando una mirada al último mes y no acabaríamos. Antes, figuras como Joaquín Blume, Ángel Nieto, Urtáin, Bahamontes o Santana, eran elevados al rango de superhéroes de la nación porque era un oasis en un infinito desierto, y porque el régimen político necesitaba su debida propaganda y el deporte siempre ha dado pie a que dictadores y acólitos hagan propios los esfuerzos de otros.

Creo que he comentado en alguna ocasión que, con diferencia, el deporte que más me fascina es el atletismo, pienso que la primera manifestación de la actividad física, lo que es innato en el ser humano se conjuga en este deporte, o sea, correr, saltar y lanzar. Y no, en España aunque hemos tenido muy buenos atletas no tenemos un mito como puede ser Sergei Bubka, Paavo Nurmi, Zatopek, Carl Lewis o Haile Gebreselasie, así que de vez en vez, surgía hace unas décadas alguna figura que animaba el cotarro y todos los ojos patrios se fijaban en ellos. Así de primeras recuerdo a Pipe Areta (salto de longitud y triple), que luego se haría cura del Opus Dei; Ignacio Sola, que tuvo la fortuna de ser durante unos minutos virtual Campeón Olímpico de salto con pértiga; o Mariano Haro que luego llegaría a ser alcalde en su localidad natal, un pueblito de Palencia.

En las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado, la práctica de un deporte y, en este caso, del atletismo era completamente amateur, y sus practicantes debían alternar sus trabajos (físicos) echando muchas horas en pistas improvisadas, con pocos medios, sin demasiada planificación, pero eso sí, derrochando ilusión, esfuerzo, entrega, pundonor...

Una de esas figuras que ha tenido un cierto reconocimiento ha sido Miguel de la Quadra-Salcedo, no ya por sus logros deportivos que tal vez no son tan conocidos por la opinión pública, sino por su vinculación a la televisión y por su imagen de entusiasta aventurero. De hecho, ya le dedique una entrada hace casi un año a este personaje con ocasión del recordatorio de aquel concurso “A la caza del tesoro”, en el que era él la estrella por sus peripecias alrededor del mundo, más que los concursantes en plató.

Lo cierto es que De la Quadra fue cocinero antes que fraile, o lo que es lo mismo que en su juventud fue un atleta con una cierta fama en nuestro país, siendo varias veces Campeón de España de lanzamiento de martillo, peso y disco (esta última fue su principal especialidad) y plusmarquista español de esas disciplinas también en repetidas ocasiones.

No obstante, lo que ha trascendido de su época de lanzador de artefactos, no fueron sus trofeos ni marcas, sino el récord que pudo haber sido y no fue, o lo que es lo mismo, como he venido en llamar en el título en el título de esta entrada, “cuando los españoles cambiamos las reglas de la jabalina”. Sin duda, una historia curiosa que no tuvo en De la Quadra a su único exponente, lo que ocurre es que al ser este una celebridad ha sido el que, de alguna forma, se ha ganado el mérito del hecho que ahora voy a relatar.

Pues corría el año 1956, cuando al deportista vasco, Félix Erausquin (foto de cabecera), también varias veces Campeón de España de peso, disco y jabalina, y también en el lanzamiento de barra vasca (que era una disciplina que formaba parte intrínseca de las competiciones españolas), se le ocurrió lanzar la jabalina del mismo modo que se lanzaba dicha barra. Esta técnica consistía en untarse las manos con aceite, grasa o una solución jabonosa, colocarse la barra en la espalda y girar sobre sí mismo para impulsarse y lanzar la barra con un movimiento de rotación (se puede adivinar la técnica en la sucesión de instantáneas que acompañan este párrafo). Es viable pensar que, al igual que ocurre en el disco, el martillo y en una de las técnicas de peso, la rotación es clave para alcanzar más velocidad en el lanzamiento y, por tanto, mayor alcance; con esta nueva técnica la espalda servía como punto de apoyo de la jabalina y hacía que ésta saliera despedida con más velocidad. Y aunque la información que nos ha llegado hasta la fecha está un tanto desordenada, en su primera aparición con este “invento”, Erausquin batiría el récord de España, en el mítico Estadio de Montjuich en Barcelona, cuando era ya un veteranísimo deportista, nada menos que con 48 años. Y así nació el estilo Erausquin o estilo español en el lanzamiento de jabalina.

Al poco le seguiría otro vasco con la misma técnica, José Antonio Iguarán, y el mismo resultado, récord de España, y este se fue a 77 metros.

Pero es que en octubre de ese año, el domingo día 28 para ser precisos y esta sí es una información fidedigna que he podido encontrar en las hemerotecas en Internet de los periódicos de la época (magníficas por cierto las de ABC y La Vanguardia), el jabalinista aragonés Manuel Clavero Minguillón, ferroviario para más señas, en una reunión atlética de fin de temporada (que ya se había ido en Vich unos días antes con la nueva técnica a los 82'94 m. batiendo el récord de España y acercándose al récord del mundo) pulverizó la plusmarca mundial, en ese momento en poder del polaco Janusz Sidlo con 83'66 m, yéndose a unos estratosféricos 89'66 m. Por cierto que en esa misma prueba De la Quadra-Salcedo también dinamitaba ese récord mundial con 83'80 m.

Para entonces el revuelo que se había montado en el mundo del atletismo era monumental. En Finlandia, gran dominadora hasta ese momento de esta especialidad, los lanzadores probaron extraoficialmente la técnica con resultados asombrosos. El que había sido varias veces plusmarquista mundial en la década de los 30, el finés Matti Järvinen, y como Erausquin ya con más de 40 años, probó la técnica con resultados asombrosos, consiguiendo registros que jamás había logrado alcanzar con el estilo clásico en sus años mozos.

Lo interesante del asunto es que en esas fechas nos encontrábamos en la antesala de los Juegos Olímpicos de Melbourne y España aspiraba a llevar a cuatro lanzadores para echar un órdago en las pistas australianas, porque la Federación española respaldaba estas técnicas y estaba dando validez a las marcas.

No tardó mucho en reaccionar la IAAF (Federación Internacional de Atletismo Amateur), prohibiendo esta técnica, o mejor dicho, acotando la forma de tirar la jabalina, y cito las palabras textuales de dicha Federación: “Después de prepararse para el lanzamiento y hasta que la jabalina haya sido lanzada al aire, el competidor no puede en ningún momento dar una vuelta sobre sí mismo para que su espalda se encuentre en dirección al arco de lanzamiento”. Esta medida entraría en vigor a mediados de noviembre, a una semana escasa del inicio de los Juegos de Melbourne. Ahí se acabó el sueño de los españoles de haber hecho saltar la banca por una vez en la vida en una prueba de atletismo en unos Juegos Olímpicos.

La decisión de la IAAF se nos puede antojar como algo retrógrada, ¿por qué no avanzar si de lo que se trata es de que la jabalina impulsada por un ser humano llegue lo más lejos posible? Entiendo que quisieran preservar el modo clásico, porque el español rompía todo los cánones de esta disciplina, aunque para ello argumentaran otras razones de menos peso, como que el uso de la técnica española podía ser muy peligrosa para los inexpertos, pues podrían no controlarse los giros y que el artefacto fuera a parar a los graderíos; pero se podía haber solucionado de una forma tan simple como la colocación de la jaula que existe en los lanzamientos de martillo y disco. No obstante, creo sinceramente que había una razón mucho más poderosa y es que, esta es mi hipótesis, la IAAF tantearía con sigilo y discreción a los mejores jabalinistas mundiales de la época para que probaran la técnica hispana y vieron que se superaban los 100 metros sin demasiado esfuerzo.

Esto abría, obviamente, una nueva dimensión en el lanzamiento de jabalina, que venía más que por los giros descontrolados, porque la zona de caída se quedara corta. Es decir, hemos de considerar que de los cuatro artefactos que se lanzan en las competiciones oficiales de atletismo, el que mayor distancia coge es la jabalina, por lo que históricamente ha ido que cambiar el centro de gravedad de esta lanza para ofrecer más resistencia a la hora de impulsarla, de hecho, la última modificación se produjo en 1984 cuando el alemán oriental Uwe Hohn se fue a los 104'80 m. muy cerca ya del límite del césped y, por tanto, a escasos metros de la pista de carreras.

Para mayor abundamiento al que fuera Campeón Olímpico en Melbourne 1956, el noruego Egil Danielsen, con un lanzamiento de 85'71 m., estableciendo la nueva plusmarca mundial de la época, se le atribuyen lanzamientos con el estilo español de más de 120 metros.

No terminó la historia para los lanzadores españoles por el hecho de la modificación del reglamento y la prohibición de este estilo propio, sino que ya, a modo de exhibición, se fueron superando hitos. Tengo constancia, según datos fieles de hemerotecas, que el veterano Félix Erausquin en un festival atlético en Burgos, se iría el 7 de mayo de 1957, a los 102'80 m. A propósito, Erausquin fue un consumado atleta toda su vida y siguió compitiendo hasta en veteranos, pues hay referencias suyas de participaciones en la década de los 70.

Y, por supuesto, Miguel de la Quadra-Salcedo (aquí se ve en la foto con el estilo español, es decir, con la jabalina apoyada en la espalda), que por ser el más conocido ha hecho que la historia nunca se olvide, aunque no fue el único actor principal como hemos podido ver, se dice que en una exhibición en París, esto no lo he podido corroborar, se fue por encima de los 120 metros.

La lástima es que no sólo no hay ninguna grabación de la época que yo haya podido encontrar en Internet, pero tampoco ninguna demostración actual en vídeo del propio De la Quadra o de otros, mostrando en su inmensidad, más allá de las fotos mostradas, cómo era la secuencia de la técnica del estilo Erausquin o español.

En fin, es la historia de lo que pudo haber sido y no fue..., que para una cosa buena que inventamos los españoles, gracias a nuestra perspicacia e ingenio, nuestro sueño de tener héroes olímpicos se desvaneció en muy poco tiempo.

Actualización: Aunque inicialmente en el blog lamentaba el que no existieran documentos gráficos de la época para atestiguar como era el estilo español; en octubre de 2013 se puso en contacto conmigo un tal Patxi Mendiburu, navarro para más señas y bloguero también como yo, y me comentó que había conseguido algunas joyas del pasado. Inicialmente introduje sus enlaces en comentarios y él mismo me sugirió en ellos que pusiera el enlace de dichos vídeos en esta entrada. No obstante, he preferido poner el enlace directamente a su blog, no sólo porque merece la pena el artículo, sino porque todo el blog también merece la pena que sea visitado, porque es de los que dejan huella.

El enlace es: http://patximendiburu.blogspot.com.es/2013/10/no-do-jabalina-la-espanola-por-quadra.html

Comentarios

Pedro Manuel Martos Jódar ha dicho que…
Comentaba en esta entrada, la pena de que no hubiera grabaciones de la época, ilustrando el estilo español, pero un bloguero como yo, me escribió un correo (no pudo por problemas de la configuración de los comentarios, poner el suyo), y esto me señalaba:

"¿Sabías que el navarro (de corazón) Quadra Salcedo y otros españoles batieron de largo el record del mundo de jabalina, allá por el año 56?
¿Has visto cómo la lanzaban?
Pues, acércate a Desolvidar porque por primera vez en internet se pueden ver grabaciones de estos lanzamientos:


http://patximendiburu.blogspot.com.es/2013/10/no-do-jabalina-la-espanola-por-quadra.html




Os recomiendo vivamente que enviéis esta entrada a vuestra lista de contactos, especialmente a quienes les interesa el deporte amateur. Las imágenes del No-Do del primero de los vídeos son una auténtica primicia. Muchos habían querido verlas, pero nadie las había subido a You Tube.

Un abrazo,

Patxi."

Así que ahí queda el enlace y el documento gráfico de la época, para todo aquel que se acerque por aquí lo disfrute gracias a Patxi Mendiburu.
desolvidar ha dicho que…
Gracias, Pedro, por tu saber apreciar. Si quieres, puedes también insertar en tu entrada los vídeos y el enlace a mi blog para que la gente pueda entrar directamente.
Un abrazo desde Navarra