"VIVA EL SÁBADO" Y JOSÉ RAMÓN PARDO

Llevo ya un tiempo dándole vueltas a mi cabeza, pensando qué le falta a mi blog; desde luego muchas cosas, porque no deja de ser una apuesta personal en la que escribo de lo que me gusta, es decir, primero escribo por mí aunque suene un poco egoísta, y luego escribo por si a alguien le puede interesar. De ahí lo limitada que pueda ser mi perspectiva y los artículos un poco raretes que saco.

Pero como decía, creo que me faltaba algo por escribir; en el apartado de etiquetas aparecen los temas sobre los que trato y he decidido incorporar uno más, que tal vez sea el último y definitivo, se trata de la etiqueta “radio”, sí porque a lo largo de mi vida y de la vida de muchas personas, hemos estado en contacto con la radio, con programas que han formado parte de nuestro desarrollo, de nuestra rutina, de nuestra cotidianidad, y de los que guardamos gratos recuerdos.

Voy a empezar con uno de los mejores programas de música que se han hecho en la radio española, con un formato simpatiquísimo y en una época donde en la radio todavía se podían hacer buenos programas, de calidad, sin tener que mirar necesariamente la cuenta de resultados.

Pues el programa en cuestión al que le dedico esta humilde y primera reseña radiofónica es “Viva el sábado”, que presentaba y dirigía el experto musical José Ramón Pardo en Antena 3 de Radio. No tengo constancia de cuándo se comenzó a emitir el programa (probablemente por 1983-1984), porque cuando yo lo descubrí ya llevaría tiempo funcionando, y mi hallazgo fue allá por 1988.

Por aquel entonces Antena 3 de Radio se había convertido en la radio estrella para muchos sectores de población, particularmente para los universitarios entre los que me encontraba; se trataba de una radio ágil, abierta, entretenida, bastante liberal y no excesivamente parcial. Y yo la escuchaba de fondo mientras me peleaba con mis libros de la carrera.

Todos los sábados el programa empezaba a las 9 de la mañana y se extendía hasta la 1 de la tarde a nivel nacional y hasta las 2 para la provincia de Madrid; tenía un formato absolutamente maravilloso e improvisado a la vez. José Ramón Pardo proponía como regla una palabra clave para cada programa y los radioyentes llamaban para sugerir hasta un máximo de cinco canciones que contuvieran en el título esa palabra. Como es obvio los temas musicales eran de lo más dispares, podían ser de cualquier género musical: clásico, jazz, pop. rock, salsa, flamenco, disco…; y José Ramón Pardo tenía que valerse de las sugerencias de los oyentes para poner en antena algunas de las canciones que se iban anotando. De ahí surgía la improvisación y lo interesante de este formato, con los mimbres que le iba proporcionando la audiencia, José Ramón debía construir su programa y, como es obvio, cabía todo y, en ese sentido, el programa podía dar giros insospechados, lo mismo venía una canción heavy que algún tema interpretado por un soprano.

En ese ínterin, era innegable que uno se aprestaba a escuchar el programa de cada sábado sin saber qué canciones se pondrían, qué maravillas y sorpresas nos depararía esa mañana sabatina. A todo esto, para poder hacer un programa con este singular esquema tenían que coincidir dos magnitudes muy sólidas, por un lado, la increíble cultura musical de José Ramón Pardo, al que prácticamente era imposible pillar en un despiste, es decir, que se sabía toda la música habida y por haber, por raros y rebuscados que fueran los temas que se le sugerían, y es que a veces había expertos musicales de toda España que sabían mucho de música y entonces no había las herramientas que todos conocemos. Y por otro lado, para poder desarrollar el programa en condiciones y, considerando las limitaciones de una emisora hace veinticinco años, donde no había Internet y sólo había vinilo, Antena 3 de Radio en su sede central de Madrid debía tener una fabulosa discoteca perfectamente organizada para poder encontrar el material discográfico con rapidez, a veces bastante rebuscado como digo.

Bueno, obviamente con las cinco canciones que como máximo podían señalar los oyentes, en antena se podían poner entre un 10 y un 20% de lo sugerido, muchas canciones se quedaban en el tintero, pero José Ramón Pardo tenía buen gusto y hacía que el programa fuera dinámico y fresco, haciendo una selección variada de estilos, gustos musicales e incluso épocas.

Había ocasiones en las que la palabra propuesta era de tal calibre que no permitía mucho juego, y ese porcentaje de entre el 10 – 20% se elevaba, puesto que los oyentes no daban con más de una o dos canciones que contuvieran esa palabra en el título. Para esos programas donde las sugerencias escaseaban, José Ramón siempre tenía en la mochila varias canciones para dar cobertura a las horas que duraba el programa.

Aparte del atrayente formato, José Ramón Pardo destilaba simpatía, bonhomía, cercanía, tenía una voz que sonaba a que era muy buena gente, de esos que nunca se pelean con nadie.

Era posible escuchar en mitad del programa alguna cuña genial y ocurrente de “mis amigos” de Gomaespuma, a los que en su momento dedicaré también una entradilla en esta humilde bitácora.

Una vez al mes dedicaba el programa a los “favoritos”, en ese programa o bien la gente llamaba por teléfono o había escrito una carta previamente solicitando un tema musical que podía ir desde esa canción que era la favorita de tu vida, o bien alguna otra que escuchaste alguna vez y que no habías vuelto a oír jamás. Ese programa también resultaba ser muy interesante porque a alguna gente le hacía sentirse feliz.

A mí me ocurrió, yo llevaba muchos años sin escuchar una canción que cuando era pequeño (como ocho o nueve años) oía hasta la saciedad en las radios comerciales, pero que después se difuminó y nunca más se supo. Tenía en mi mente una idea cercana de cómo se llamaba pero no sé cómo sonaba aunque sí recordaba que de chico me gustaba cantarla mucho, ahora con Internet hubiera sido tan simple como darle al clic. Yo escribí la carta a José Ramón Pardo y comentaba que la canción era Silver girl o Silver lady, cuyo intérprete era el conocido actor David Soul (Hutch en la serie policíaca Starsky y Hutch).

Tuve la fortuna de que aquel sábado frío en Granada, estando todavía en la cama, el programa se inició con la lectura de mi carta, mi nombre estaba siendo escuchado en toda España, y la canción me iba a hacer feliz; casi no me dio tiempo a encender mi radiocasete para grabar mi momentillo de gloria, ya no tanto por la difusión de mi carta, sino porque volvería a escuchar a David Soul con su canción Silver lady (Chica de plata), sería el año 1989 (ya ha pasado otro porrón de años). Ya nunca se me ha ido de mi mente esa canción, puedo tararearla perfectamente, como tampoco podré borrar aquel sábado en el que José Ramón Pardo dijo mi nombre. Supongo que tuvo buenas razones para sacar mi carta la primera del programa, quizá porque coincidía conmigo en que había sido una canción muy popular y que había caído rápidamente en el olvido.

El programa dejó de emitirse en 1991 y José Ramón Pardo, como buena fiera radiofónica, sigue en activo e imagino que seguirá hasta que sus fuerzas se lo permitan, porque habrá pocos en España con tanta sapiencia musical.

Como colofón, he de decir que hace pocos años, con ocasión del Bicentenario de la Batalla de Bailén en 2008, José Ramón Pardo visitó mi localidad de residencia, acompañando y colaborando con la locutora Pepa Fernández que hacía y creo que hace áun el programa de los sábados y domingos por la mañana en Radio Nacional de España. Tenía que ir a verlo, el programa se emitía en directo, desde la Casa Consistorial bailenense, y me tenía que congratular con José Ramón, verlo y estrechar su mano. Así lo hice, cuando terminó el programa lo saludé, le recordé aquella carta que obviamente era imposible que la recordara, pero sí le felicité por aquel programa, charlamos un momentillo de la canción de David Soul que él conocía a la perfección. La breve conversación que mantuve con él me confirmó que era un tío majísimo y que, un poco a su manera, hizo que muchos españoles amáramos un poco más la música.

Comentarios

Javi ha dicho que…
Era genial. Yo lo descubrí en segundo de BUP porque me regalaron un radiocasete con cascos por aprobar Primero. Salvo fuerza mayor me quedaba en la cama hasta casi el final, para que me molestas en lo menos posible. Un saludo y gracias por recordarlo.