GALLIPOLI, JEAN MICHEL JARRE Y DISCOS MELGAMUSIC


Película que recrea la batalla de la península de Gallipoli o de los Dardanelos, en TurquíaMe dio tiempo este último período navideño a repescar algunas películas que tenía en mi memoria y que hacía muchos años que no las había visto. Así que desempolvando un poco, me decidí por “Gallipoli”, de los detalles que me acordaba: 1ª Guerra Mundial, Australia, chicos que corren, un joven actor llamado Mel Gibson, y la música sugerente de Jean Michel Jarre.

Vamos a ver, quizá lo que más se me quedó en ese momento fue por este orden Jarre y Gibson. Cuando descubrí la música de aquella peli, creo que también descubrí la música que siempre me gustó y que me gustaría en el futuro. Siempre he sido un poco obsesivo con algunas cuestiones, si he visto o escuchado algo y se me pierde el nombre, he intentado con ahínco rebuscar para encontrar la respuesta. Me pasó una vez con una bellísima balada heavy de un grupo español que me sabía casi de memoria pero desconocía el nombre del grupo; entonces no había Internet y me tiré un tiempo indagando, hasta el punto de que me producía cierto desaliento no encontrar la solución; al fin, un antiguo amigo de mi hermana me echó el cable, el grupo era Sangre Azul y la canción “El silencio de la noche”.

Bueno, a lo que iba, el caso es que desde pequeño tenía metida en mi mente una melodía que me fue acompañando durante muchos años, aquella música me gustaba más que ninguna otra, pero era como un quiste en mi memoria y sabía poco de ella. Lo recuerdo perfectamente, no era tan pequeño como para no tener uso de razón, pero no tan grande como para ir solo por la calle; así que la imagen es la de ir con mi madre de la mano por las calles de Linares y que un coche de megafonía de esos que llevan publicidad sonora va anunciando cualquier negocio, la música que introducía el anuncio era una melodía electrónica que te hacía transportarte al futuro, a otro espacio, a otro planeta.

Así que me tiré años pensando, eso me gusta, eso me gusta…, pero ¿sabré alguna vez quién compuso esa música? Pues nada, pasó mucho tiempo hasta que vi esa película, Gallipoli, cuando ya tenía por lo menos dieciocho o veinte años, me fascinaron la historia y su música, y esa música era la que yo estuve buscando siempre; así que me quedé hasta el final para leer los títulos de crédito y darle por fin la solución a mi enigma. Era, efectivamente, Jean Michel Jarre y parte de la banda sonora de la película pertenecía a su primer disco Oxygene.

En su ubicación tradicional, en lo que era el santuario de la marcha granadina de la década de los 80 del pasado siglo: en la calle Pedro Antonio de AlarcónLa película era de 1981 y Oxygene salió al mercado en 1976, con lo cual las cuentas me salen perfectamente, yo con ocho o nueve añitos pude escuchar por Linares los acordes de Oxygene, probablemente las partes más conocidas y comerciales (que son la mayoría). No obstante, la película seguro que la tuve que ver en el año 1986 o 1987 en la tele, porque en esos años estuve viviendo en Granada con mi tío y debajo del bloque en el que vivíamos (c/. Infanta Beatriz, una perpendicular de Pedro Antonio de Alarcón) había una tienda de discos, “Discos Melgamusic” que creo que todavía resiste a los avatares del tiempo, y allí me interesé por la discografía y la emergente figura de Jarre.

Cintas compradas por el autor del blog en Discos MelgaMusic Granada, allá por la década de los 80 del pasado siglo.Yo ya sabía de la existencia de este compositor francés, pues por aquellos años ya se había popularizado bastante con sus “Campos Magnéticos” y “Conciertos en China”, pero en aquella tienda me puse al día. Antes de eso, he de decir que indagué entre mis amigos y uno tenía el “Oxygene”, así que me lo grabó, y me lo grabó como se hacía antes, en cinta, siempre mejor la de cromo que la de hierro, que era más cara pero de más durabilidad. El segundo disco de Jarre fue “Equinoxe” y ese sí que me lo compré en Melgamusic, se puede decir que ese LP en cinta de casete fue el primer disco que me compré en mi vida. Después para la Navidad de 1988 me compraría el último disco de Jarre, “Revolutions”, ese sería el primer disco recién estrenado que adquirí en mi vida (tal vez el único). Los anteriores y sucesivos discos me los fueron grabando y por ahí andan esas cintas durmiendo el sueño de los justos (los he rescatado y he sacado la fotillo que acompaña este párrafo), porque la era digital devoró aquel formato tan trillado en nuestra época.

He seguido siendo fan de Jean Michel aunque ya con el comienzo de siglo se volvió demasiado surrealista y se pasó de innovador, noté que a su música le faltaba la chispa y el impacto de antaño, pero aun así, la historia de la música tiene un capítulo especial reservado a este compositor galo.

Y ahora un poco de la película, tal vez al principio aprecies que la música de Jarre no pega ni con cola, ¿qué hace una música cósmica en una peli que trata sobre la 1ª Guerra Mundial? Pero al final de la misma te das cuenta de que la simbiosis es perfecta y que el ritmo frenético y casi asfixiante que experimenta uno de los protagonistas (Mel Gibson) se vive con mayor angustia con la banda sonora de “Oxygene” de fondo.

A mí me pareció en su momento una muy buena película, y he experimentado esa misma sensación ahora que la he vuelto a visionar. Es más, me parece que por esas extrañas razones que tiene la popularidad, es una producción bastante olvidada y minusvalorada.

Está muy bien hecha, muy bien ambientada para la época; creo que habrá pocas películas que recreen algún episodio de la 1ª Gran Guerra tan bien como esta. La historia narra las vivencias de unos jóvenes australianos que viven plácidamente en su país cuando estalla la Guerra y deben alistarse para defender a la cabeza del imperio, Gran Bretaña; el relato se centra particularmente en la vida de dos jóvenes que participan en carreras de velocidad y que el destino querrá que se hagan muy amigos, coincidiendo después en la movilización.

Enrolados ya en la confrontación bélica, viajarán a Egipto (las escenas con las Pirámides al fondo son preciosas), y desde allí lucharán en la Batalla de la península de Gallipoli en Turquía, en los libros de historia para los españoles es más conocida por la Batalla de los Dardanelos.

La última parte de la película se desarrolla en las trincheras australianas, creo que refleja de manera fiel cómo era la tensión y ansiedad que sufrían los soldados antes de salir a combatir. La velocidad en las piernas de Frank Dunne (Mel Gibson) es decisiva para transmitir mensajes entre las trincheras, pero el último de ellos que permite parar la ofensiva y la masacre que estaban sufriendo en sus filas por parte del ejército turco, ¿llegará a tiempo?

La escena final de la peli puede ser una de las más recordadas por los cinéfilos, de la historia del cine. Magnífico trabajo del director Peter Weir que es más conocido por otros productos, tal vez más comerciales, como “El club de los poetas muertos”, “La costa de los mosquitos”, “Único testigo” o “El show de Truman”.

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