PROTAGONISTAS Y LUIS DEL OLMO, UN BINOMIO PARA EL RECUERDO

Desde que la radio existe como fenómeno social que llega a todos sitios, y en España desde que las cadenas generalistas asumieron el rol de vehículos de impacto social para la difusión de noticias, publicidad, opinión..., hay que decir que el binomio radio - sociedad permanece inalterado.

No se puede entender una radio sin un público diana, igual que es difícil encontrar un público diana de una cierta relevancia sin su espacio radiofónico. El colmo de la irracionalidad nos lo encontramos en la existencia de radios tan personalistas, burdas y de tan escaso calado social, que sobreviven con lo justo (subvenciones y una publicidad conseguida de forma casi coercitiva) y que apenas tienen público diana, o lo que es lo mismo no las escucha nadie, y sí, he conocido algunos casos sangrantes.

Lo normal es que una radio, amén de que pueda dirigirse a un público de determinada edad o que esté especializada en noticias, deportes, música, religión...; sin duda que nunca se olvidará de ese fin social, sabedora de que cualquier contenido que se emite está facilitando la cohesión social o la formación de opinión (en radios políticas de otros países incluso el adoctrinamiento).

Para mucha gente, para muchos españoles, la radio es una compañera inseparable que está siempre ahí, en una especie de fidelidad mutua, acompañando a las personas en sus quehaceres diarios. Mientras escribo esto, habrá millones de personas en España que estarán oyendo la radio y algunas menos escuchando (escuchar es oír atendiendo a lo que se dice). Pero incluso aunque las personas sólo oigan la radio, como sonido de fondo, ayuda simplemente a no sentirse solo; cúantas personas que viven solas se acuestan con la radio puesta y son capaces de dormir con ella al lado toda la noche.

A mi querida madre la recuerdo casi desde siempre oyendo, y escuchando a ratos, a Luis del Olmo con este programa Protagonistas, en esas jornadas mañaneras que mi madre como la mayoría de amas (y amos) de casa de este país dedican a hacer la faena cotidiana y nunca suficientemente valorada de limpiar, hacer las camas, coser, planchar o preparar la comida.

A mi madre le gustaba Luis del Olmo y, por ende, su programa, y fuera adonde fuera este, aunque cambiara de cadena, ahí que lo seguía, siempre y cuando ese nuevo dial se pudiera sintonizar adecuadamente y las voces llegaran nítidas.

Luis del Olmo ha tenido esa virtud, cosechada a base de muchos años de trabajo, de trascender a través de su programa a las propias cadenas radiofónicas, y curiosamente él no fue el precursor de la idea ni del programa pues de 1969 a 1973 en Radio Nacional de España lo presentaba José Ferrer, aunque con los años Del Olmo se convirtió en su santo y seña. También llama la atención que aunque todo el mundo identifica el programa Protagonistas con Luis del Olmo, lo cierto es que en algunos períodos, imagino que por asuntos de derechos de propiedad intelectual, tuvo otros nombres tales como De costa a costa o Protagonistas vosotros.

No obstante, lo más relevante de todo esto es que este formato radiofónico era un producto terminado que se mantuvo casi invariable casi cuarenta años, que iba bajo el brazo de Luis del Olmo dondequiera que él fuera. Y fuera por asuntos económicos, por desavenencias con las direcciones de las radios, o por otra razón estratégica, el caso es que el programa con este gran periodista al frente que comenzó, como ya se ha comentado, en Radio Nacional de España (1973 – 1983), migraría a la cadena COPE (1983 – 1991), después a Onda Cero (1991 – 2004), luego a Punto Radio (2004 – 2013), para terminar donde empezó en RNE con un formato reducido.

De algún modo ese programa que era una extensión del espíritu de Luis del Olmo, también refleja en sus traslados el devenir de este gran comunicador. Resulta interesante destacar que su emersión en Punto Radio era el culmen de este periodista, ya que lideró el accionariado de esta nueva emisora y ni que decir tiene que contaba con que este programa estrella sería el gran atractivo para enganchar a sus tradicionales escuchantes en esta nueva emisora generalista.

La muerte en las ondas de Protagonistas, un proyecto que tenía muchos elementos y entre ellos que era personalista, vino dado por la retirada de Luis del Olmo en 2013 con setenta y seis años de edad, atesorando más de cincuenta años de profesional de las ondas, y particularmente con el programa Protagonistas fueron algo más de cuarenta, convirtiéndose este en el espacio radiofónico, exceptuando noticiarios, más longevo de la radio española, superando las doce mil ediciones, ahí es nada.

Precisamente el apagón de Protagonistas fue paulatino, casi como un aterrizaje suave y placentero, hecho a la medida de su hacedor principal; tuvo su parte sentimental incluso, pues terminó en su última etapa, con la vuelta a los micrófonos donde nació en Radio Nacional de España, limitándose a realizar una entrevista a un personaje de actualidad durante media hora (de 12.00 h. a 12.30 h.). Previamente en los últimos años, también se había ido reduciendo la duración del programa.

Y ahora bien, lo sustancial del programa era que entretenía y mucho, fundamental para un programa que escuchaban millones de personas, y lo más importante es que lo que se difundía se hacía con un lenguaje sencillo, ameno, accesible a todos. Por otra parte, era una especie de magacín donde tenían cabida los temas de actualidad, noticias, entrevistas, humor, tertulia... Este formato de variedades fue el pionero en España de estos programas, y en los espacios de la mañana se mantiene esta seña de identidad prácticamente en todas las cadenas generalistas.

Tampoco hay que obviar que Luis del Olmo atraía al público femenino, muy fiel por las mañanas, gracias a su potente voz, a su planta, a su simpatía y a esa forma de conectar con el público basada en una defensa de los intereses generales del pueblo, de ser la voz y el sentir de la mayoría.

Otro punto sentimental lo ponía su música de cabecera, una sintonía muy jovial, la misma que la de la serie «Crónicas de un pueblo», y que en contra de lo que pudiera parecer no era una composición nacida en España, sino en Estados Unidos; se trata en realidad de una canción, con su letra y todo denominada «I could easily fall (In love with you)» de los autores Marvin, Welch, Bennett y Rostill, aunque popularizada en los años 60 del pasado siglo por el músico británico Norrie Paramor. Total para las veces que se habrá escuchado en toda la historia, esta sintonía es como si realmente fuera nuestra de toda la vida, o sea más española que la gitanilla que decora las televisiones de media patria.

Me trae gratos recuerdos este programa, no sólo porque tengo la imagen grabada de mi amada madre, afanada en las tareas del hogar y el sonido de fondo, esa música, la voz grave de Luis y tantas y tantas historias que allí se contaron, testigo de su tiempo; grandes momentos que se quedan en la memoria de todos los que alguna vez escuchamos este mítico e irreemplazable programa.

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