"CON EL AMOR BASTABA", DE MÁXIMO HUERTA

Intento decir la verdad en cuanto a las reseñas literarias, creo que jamás he mentido en este blog, tal vez alguna mentirijilla, aunque hubo una vez que tuve, por respeto, no ser lo suficientemente explícito en mis críticas (negativas) porque había un matiz diferenciador. Si alguien quiere saber alguna vez del asunto que me lo pregunte en privado, que gustosamente…

También es verdad que he expresado en este blog que algunos escritores hacen una novela al año o en un período regular concreto y es como el que va a la playa todos los veranos, que se convierte en rutina, en cierta obligación y a veces uno está inspirado y otras no responde a las expectativas. Esos escritores de renombre pueden tener un mal día, pero pasa como con Messi, es un extraordinario jugador que a veces tiene un partido malo, y no por eso la gente deja de ir al campo a ver lo que inventa. Y claro, pasa, a lo mejor a alguien no le gusta el fútbol y un día va invitado a ver un partido, por ver a Messi hacer magia y ese día es un churro, concluirá en que no le gusta el tal Messi y el fútbol, queda dicho, tampoco.

Pues confieso que este libro de Máximo Huerta no me ha gustado, sé que este autor tiene una sólida trayectoria literaria apoyada por su faceta mediática que encima cuenta con un resorte inusual como es el de su corta carrera política, y a lo mejor es que he elegido mal, lo que sí que es cierto es que para ser la primera vez esto ha sido tal que «la primera en la frente», y no sé si informará mi futuro o lo que es lo mismo, no sé si me atreveré a volver a leer algo de este famoso periodista transformado eventualmente en escritor.

Es muy posible que sea eso, que no he elegido la mejor novela, ni a lo mejor el escritor estaba en su mejor momento, y mira que llamaba la atención por el antecedente que traía consigo, y es que era una edición preparada para estar en las librerías casi a la par que el confinamiento que tuvimos en 2020, con lo que se tuvo que retrasar hasta la finalización de este, y daba la sensación de que esa espera, ese estar en la nevera, propiciaría algo inspirador.

También puede ser cierto que yo me haya tomado esto como una novela y no sea tal, es decir, que no es una novela al uso y debí habérmelo planteado a la hora de leer, o puede que Máximo quisiera hacer su libro más personal e intimista y puede que a alguna gente no le llegue. Sí, porque te das cuenta de que la definición de novela es aquí un mero envoltorio, si se le hubiera llamado prosa poética o fábula poética tal vez hubiera quedado mejor.

Y es que la historia es muy ligera, en ella introduce elementos fantásticos y usa y abusa de sentimientos y pensamientos, de reflexiones más que de diálogos; es el relato de la construcción de un personaje en primera persona y toda su evolución vital. Muy probablemente tenga tintes autobiográficos y por eso se subrayo que es una novela tan intimista que si no conectas con la misma, por ausencia del debido interés como a mí me ha ocurrido, puede que te decepcione.

Y luego está eso, que no es real, que es una fábula, una ensoñación, o sea, es una historia simple y que podría ser perfectamente real, pero luego introduce un elemento distorsionador e imaginario, se trata de que el personaje principal puede volar.

Elio Ícaro es un chico de provincias, de clase media, que vive felizmente con su familia, sus padres Dédalo y Sol, y su hermano mayor Arístides. Los nombres dan idea de lo inspiradora que pretende ser la narración. En esa vida placentera de cualquier niño de su edad, Elio comienza a descubrir que no es normal, que puede volar, lo cual no tiene que ser un escollo, ¿o sí?, porque podría pasar a ser el foco de atención de todo el mundo y eso no conviene.

Amén de ello Elio comienza a descubrir poco antes de su adolescencia su inclinación a la homosexualidad idealizada en un compañero de colegio, Emilio, a la par que percibe el distanciamiento de sus padres y elucubra acerca de quién puede ser la persona con la que su padre engaña a su madre.

Por cierto, está latente en toda la novela, a modo de símbolo, los intentos de la familia y particularmente del padre, de que el niño pueda controlar su vuelo, o más exactamente su no vuelo, esto es, que se le aplique un peso a sus piernas para que no pueda volar deliberadamente y no llame la atención del resto de los mortales.

El padre de Elio morirá prematuramente y comenzará la segunda parte de la novela, en un giro un tanto kafkiano, y es que la madre y sus dos hijos se instalan en Francia, concretamente en Aix-en-Provence con sus tíos Marcel y Clem; allí, como si no hubiera pasado nada continúan una vida feliz y placentera en la que el joven Elio mantiene sus reflexiones existenciales sobre su destino y muy particularmente sobre su inclinación natural al vuelo.

Un episodio trastocará una vez más la felicidad de Elio y los suyos con lo que se concluirá la segunda parte de la novela. La tercera será la vuelta a su pueblo natal y el descubrimiento de un secreto escondido, algo que en honor a la verdad no resulta especialmente sorprendente.

En fin, una novela que me ha costado acabar, que a veces me ha aburrido por reiterativa y por el exceso de pensamientos muchas veces repetidos e insustanciales. Tal vez la salve la segunda parte, la que se desarrolla en Francia, ya que los tíos de allí dan cierto juego y humor a la acción, con lo que algún pasaje podría no ser calificado como de tostón.

Ya sé que no debiera hacer reseñas de libros que no me han gustado, casi siempre termino de leer lo que acaba en mis manos, pero en este libro hago especialmente esta crítica puesto que observo que hay una tendencia en Internet a sacar comentarios siempre positivos de novelas de autores más o menos consagrados y parece que produce abismo señalar abiertamente que algo no es bueno o que simplemente no ha gustado, tal es el caso.

Comentarios