TEDDY RINER, EN BUSCA DE HACER HISTORIA EN TOKIO O...

Ya se acerca la fecha de inicio de los Juegos Olímpicos más atípicos de la historia; hemos vivido cancelaciones por las Grandes Guerras, también boicoteos con mayor o menor relevancia, y ahora esto, después de un año de espera los Juegos de Tokio de 2020 se celebrarán en 2021. Aparte de esta espera de un año hay que considerar que incluso antes de empezar, algunas autoridades niponas han sugerido su cancelación definitiva. Lo que sí es cierto es que público extranjero no habrá, solo tendremos público local, limitado y con todas las medidas a que esta pandemia nos obliga, además los deportistas ya deben estar vacunados desde semanas atrás y funcionarán en modo burbuja, con contactos mínimos entre ellos, estrictamente los necesarios.

No he querido perder la oportunidad de reivindicar este momento cumbre que tenemos los amantes del deporte cada cuatro años y máxime cuando la espera ha sido, en este caso, de cinco, trayendo una de las minihistorias que nos va a deparar esta cita. Como minihistorias que son, los Juegos conforman infinidad de datos, estadísticas, aspectos curiosos, anécdotas…, con independencia de la gloria olímpica, sí porque todos recordamos a Moussambani en Barcelona 92 pero somos incapaces de conocer quién ganó la prueba de natación, de esa disciplina se trataba, aquel año. Estos Juegos seguirán marcando la historia infinita del deporte.

Yo he elegido una porque es de las que a mí me han llamado la atención antes del evento olímpico y que permitirá seguir escribiendo sobre la misma, tras su desenlace. Sin duda, lo que me ha llamado la atención es que si se cumple la previsión, y hay alguna posibilidad de que no se dé, se escribirá un capítulo dorado, con mayúsculas, en un deporte tan típico de unos Juegos como es el judo.

El judo que, además, por las connotaciones propias del lugar donde se celebra, Japón, cobrará más protagonismo si cabe. Se trata de un deporte que nació allí y los japoneses llevan a gala históricamente que no solo es uno de sus deportes nacionales, sino que además alimentan esa tradición con los mejores entrenadores y los mejores deportistas. Desde luego que este es un deporte donde van a cosechar un buen saco de medallas.

Si hace un par de años me hubiera preguntado por una medalla de oro segura para estos Juegos, aparte del oro en baloncesto masculino y femenino para Estados Unidos, me hubiera inclinado por esta que traigo hoy a colación, el del judoka francés Teddy Riner.

Teddy Riner es la estrella mundial más destacada de este deporte, tanto por su trayectoria como por su innegable capacidad física, que le hace estar, teóricamente, muy por encima de sus competidores. En concreto Riner es una figura absolutamente mediática en Francia.

Aparte lo es también porque si para el público en general puede ser más o menos monótona la sucesión de combates en unos Juegos, con toda la panoplia de categorías existente, Riner se enmarca en la categoría de más peso que, al menos para mí, se presupone de las más atractivas para el gran público. Y es que compite en la categoría de +100 kg y esto quiere decir que no hay límite de peso, con lo que puedes encontrarte con un deportista de 100 kg apurados y otro de 170 perfectamente. Y ahí está lo atractivo, que ves a chicos y chicas (en mujeres la categoría pesada es de +78 kg), que son auténticos mastodontes, y aun con esas dimensiones bárbaras un deportista es capaz de voltear a otro como si lo estuviera haciendo con un maniquí. Riner tiene amplia experiencia en haber dado buena cuenta de contendientes con una antropometría brutal a los que ha liquidado de forma inmisericorde.

Este sensacional judoka francés, nacido en la colonia caribeña de Guadalupe, aunque criado en París ya empezó a despuntar en categoría absoluta desde muy temprana edad, siendo ya medalla de bronce en Pekín 2008 con tan solo 19 años. Desde ahí comenzó a dominar la especialidad con una autoridad casi absoluta. Fue oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016, encadenando además un sinfín de campeonatos mundiales y europeos, y toda una serie de torneos internacionales.

Pero Riner, un poquito antes de la pandemia, sembró un horizonte de duda. Tenía una racha magnífica, el 13 de septiembre de 2010 caía derrotado por el japonés Daiki Kamikawa en una decisión discutible y desde entonces, casi diez años, Riner no había perdido ni un solo combate, ciento cincuenta y cuatro seguidos venciendo, más exactamente. Esa racha concluyó en febrero de 2020 y su verdugo fue otro japonés, Kageura Kokoro, por ippon y con una llave impecable en el Grand Slam de París; Kokoro que, por cierto, será uno de sus máximos rivales en la cita tokiota.

El físico de Riner es asombroso, con 204 centímetros (es muy difícil que se encuentre con rivales de sus dimensiones, todos suelen ser de menor estatura) y, en condiciones normales, ha mantenido un peso aproximado de 140 kg, pero durante la pandemia y no se sabe si por el palo de haber perdido la imbatibilidad de casi una década, se dejó un poco y subió hasta los 165 kg. Reapareció en octubre de 2020 y continuó preocupando notablemente a sus seguidores, pues aparte del aumento de peso volvería a perder, esta vez en el marco de la liga nacional de clubes de Francia, cediendo ante su compatriota Joseph Terhec, y esta vez por decisión arbitral dado que sancionaron su falta de combatividad, y yo que he tenido oportunidad de ver el combate sí que se aprecia que está algo pasivo. Desde luego Riner fue bastante crítico con esta decisión.

Más allá de esta última derrota, la más inquietante fue la sufrida ante Kokoro, por lo inesperado y porque Riner estaba en su plenitud, como se presume que estará en Tokio; fue todo un toque de atención y el francés declararía que, de algún modo, le venía bien para no relajarse y que sí que le hubiera enfadado si esto ocurriera en los Juegos y no en ese momento.

También achacó su derrota a un problema intrínseco a esta categoría y que prácticamente ningún país salva, y es que es una categoría con escasos deportistas en la élite, en Francia muy pocos, con lo que a Riner y prácticamente a cualquiera fuera de Japón, les cuesta hacer entrenamientos de calidad con oponentes del mismo nivel, circunstancia esta que obviamente se compensa con las competiciones internacionales.

Esta semana comienzan los Campeonatos del Mundo 2021 en Budapest, Teddy Riner no estará, tampoco otras grandes estrellas, es evidente que hay notables ausencias, porque los y las mejores están queriendo reservarse para dentro de un mes y medio, y evitar lesiones inoportunas que podrían amargar la deseada presencia en la capital japonesa.

Ya hay vídeos circulando por ahí en los que Teddy lleva una concienzuda preparación para Tokio, explotando músculo que es una barbaridad, goza en Francia de una gran popularidad, siendo Caballero de la Legión de Honor y Oficial de la Orden Nacional del Mérito. Con su apabullante 96 % de victorias en la élite, que nadie lo dude, seguirá siendo una apuesta ganadora para el oro en Tokio y nos divertiremos y disfrutaremos viéndolo competir, ¿o no?

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