"CAMPEONES DE LA COMEDIA", EL TRIUNFO DE LAS SENSIBILIDADES DISTINTAS

Es más que loable el impacto que supuso la película «Campeones» de Javier Fesser y su reciente secuela «Campeonex». Más allá del argumento de la primera, la segunda no la he visto, la producción fue toda una revelación sobre la necesidad de inclusión social de personas con diferentes discapacidades.

La celebridad que han adquirido los actores que han participado en estas películas está siendo tal que son requeridos por infinidad de colectivos y medios de comunicación para dar mayor trascendencia a sus objetivos; publicidad, colaboraciones o entrevistas son algunas de las expresiones que percibimos y en las que está presente este colectivo de actores, pues actores son en la realidad.

Podemos decir que siguiendo esa estela a alguien se le ocurrió que, tal vez, por aquello de que el éxito puede ser efímero, era buen momento para seguir aprovechando esa fama y seguir visibilizando al colectivo a la par que favoreciendo su plena inclusión. De esta forma surgió esta obra teatral titulada «Campeones de la comedia».

A la compañía teatral Yllana y a uno de sus componentes, David Ottone, le propusieron iniciar este proyecto con texto de David Marqués, y titularla de esta manera que, sin ser una secuela de la primera película, sí que podríamos aventurar una continuación lógica y vital de alguno de sus personajes. De hecho, Javier Fesser también es coproductor del proyecto.

No es gratuito que haya utilizado la palabra «proyecto» porque en realidad lo es en su dimensión social de seguir dando trabajo y fama a algunos de los protagonistas de la película, pero es que además van variando los actores en el tiempo y no sé si es porque entran y salen o porque la versatilidad de la obra permite que por circunstancias algunos abandonen momentáneamente y haya nuevas incorporaciones.

En este sentido, me refiero a que cuando se inauguró la obra participaba como uno de los actores José de Luna y ahora ya no está por asuntos de salud, siendo sustituido por José Manuel Blanco; aunque casualmente en la puesta en escena que yo vi, este tampoco estaba ya que en ese momento se encontraba hospitalizado y tuvo que aparecer un nuevo actor al quite.

Como digo, no siendo estrictamente una secuela de «Campeones», tampoco hay motivos para no pensar en esa eventual continuación, digamos que hay ciertos vasos comunicantes. Gloria (Gloria Ramos) y Josete (José de Luna y posteriormente José Manuel Blanco) se instalan en un piso con el objetivo de independizarse bajo la tutela de Claudia (Claudia Fesser), y claro, surge la necesidad de mantenerse económicamente por lo que Claudia les invita a que busquen un trabajo de acuerdo con sus preferencias u objetivos. Ambos coinciden en explorar su vena artística.

Por otro lado, en un mundo paralelo, tenemos a dos artistas callejeros Alberto (Alberto Nieto) y Emilio (Emilio Gavira), que están muy descuidados por su representante Héctor (Luis Mottola), que tal vez evalúa que con esta pareja no va a hacer fortuna y espera momentos mejores para gozar de mayor reconocimiento.

En esto que en el piso Claudia comienza a estudiar cómo dar rienda suelta a la vis artística de sus tutelados en ese no fácil mundo de la farándula. No obstante, Gloria allana el camino porque dice conocer a un representante artístico, que no es otro que Héctor, y con el que lleva hablando un tiempo, como si fuera Claudia, a través de una aplicación de citas amorosas. El enredo comienza a tejerse pues ante el lógico cabreo de Claudia, esta tampoco va a dejar pasar la oportunidad de colocar a sus tutelados aunque sea por la vía del engaño, de entablar una amistad con una persona a la que no conoce de nada, salvo por los sucesivos mensajes que se ha intercambiado, a través de Gloria que se ha hecho pasar por ella.

Héctor, que es un pájaro de cuenta, está más interesado en la cuita amorosa que en cualquier proyección profesional ni de los suyos ni de los ajenos, pero aprovechará la tesitura para dar una oportunidad a Gloria y Josete como excusa para acercarse a su objetivo sentimental que no es otro que Claudia, a la que solo conoce por chat.

En esa estrategia hará pasar a Alberto y Héctor como importantes productores para hacer una prueba a Gloria y Josete, lo que efectivamente se produce en casa de estos últimos. Pero al final la verdad se revela, porque ni unos entienden ni los otros tampoco.

Y mientras ambas parejas de actores hacen sus pinitos artísticos y nos muestran sus dotes artísticas, Héctor se enternece y no parece ser tan mal tipo como aparentaba.

Pues eso, una comedia teatral de enredo, entretenida y divertida, y yo añadiría que sorprendente en lo positivo por lo bien que se desempeñan los actores con discapacidad.

Magnífica e íntima tarde en la puesta en escena que pude presenciar en el cómodo Teatro Principal de Andújar el pasado día 2 de diciembre.

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