"CRIS MIRÓ (ELLA)", LA SERIE ARGENTINA CON CUYA PROTAGONISTA COMPARTO LAZOS FAMILIARES

Probablemente esta entrada es una rareza en sí por un doble motivo, tal vez porque se trata de una serie argentina que ha debido tener un impacto mínimo en España (está en las plataformas, que no sé si aquí se pueden ver o contratar, imagino que sí, TNT, Flow y Max) y que yo la traiga aquí es fuera de lo común, no obstante, la segunda razón es la que le otorga el auténtico matiz de rareza a este articulillo, y no es otro que el de la actriz protagonista de la misma, que es familiar mía, algo sorprendente pero cierto.

Así que vayamos desgranándolo todo. La actriz es Mina Serrano e hija de una prima segunda mía, prima a la que vi hace no mucho tiempo, y aunque no tenga un contacto fluido, estamos al corriente más o menos de nuestras vidas. Mina es actriz, aunque cabe señalar porque, tiene relevancia para la serie, que se trata de una persona transgénero o transexual, no sé si es lo mismo porque me pierdo un poco con estos conceptos. En algunas declaraciones utiliza el género masculino y en otras el femenino. En la serie es físicamente un hombre, y creo que en la actualidad ya está realizando la transición de sexo. Soy absolutamente respetuoso con lo que cualquier persona sienta, quiénes somos la sociedad para juzgar algo tan íntimo, basta de categorizar a los demás y que cada uno sea quien le dé la gana ser.

Mi prima es una reputada cirujana plástica en Granada, donde ha residido desde que abandonara mi y nuestro Linares natal cuando comenzó los estudios universitarios, por cierto, se apellida Martínez, y ese es el segundo apellido de la protagonista de esta serie. A Mina probablemente no tenga conciencia de haberla visto más allá de dos o tres veces en mi vida, la última con toda claridad fue hace unos siete u ocho años cuando falleció su abuelo en Linares, mi tío, que remanece de Begíjar. Su abuela sigue viviendo en Linares y la veo con cierta habitualidad por el Paseo de Linarejos, y mi madre tiene una muy buena relación con ella, no sólo se ven, sino que se llaman por teléfono con bastante frecuencia. Lo que sí recuerdo es que Mina tenía una larga melena, como en la serie, y debe medir en 1.85 y 1.90, o sea, que impone.

Hay otra curiosidad más y es que su padre, ya fallecido, fue profesor mío en la universidad, en la asignatura de Filosofía del Derecho, él sabía que yo era primo de su mujer (posteriormente se divorciaron), pero no creo que por ello me tratara ni me evaluara diferente, me puso un notable al final. Desde luego era un tipo muy enrollado, el profesor más joven que tuvimos en la carrera, muy entretenido y académico a la hora de dar clase, y uno de los dos profesores que nos acompañaron en la cena de fin de carrera, el resto declinó el ofrecimiento. José Luis Serrano que así se llamaba, falleció en 2016 y lo que desconocía, ahora me he enterado, es que estuvo metido en política y llegó a ser parlamentario andaluz y portavoz de Podemos en el Parlamento; hasta donde yo recuerdo en las clases era bastante imparcial o equidistante en cuanto a la política, que es lo que cabe hacer en estos casos, enseñar y no adoctrinar.

A Mina Serrano, por lo que he podido leer, desde bien pequeña le encantó el teatro, practicando en Granada, hasta que a los 17 años se fue a Madrid a aprender arte dramático, y ha ido haciendo sus pinitos hasta le ha llegado su oportunidad con este gran papel, que espero que no sea el último y que suponga la catapulta para otros muchos proyectos. Por cierto que, obviamente se parece a ambos progenitores, pero yo diría que tiene rasgos más marcados de mi prima, que tiene una fisonomía mucho más exótica.

Mina Serrano reside en París y aparte de seguir promocionándose para cine y televisión, ya no sé si el teatro lo ha abandonado, también se ha revelado como artista plástica y escultora y ya ha realizado alguna que otra exposición.

El reto de hacer este su primer gran proyecto audiovisual no era moco de pavo, y era el de realizar una miniserie en Argentina para narrar la historia de la primera vedette transexual de aquel país, Cris Miró. Me atrevería a decir que el reto era doble, por un lado, el de interpretar un papel como protagonista con muchas miradas puestas en ella, y por otro, tal vez no sencillo del todo, como era el de imitar el acento argentino, con lo que había que hacer un rodaje nada rápido y que a la postre ha salido bien, aunque para un hispanoblante de España es más difícil apreciar los matices de los acentos, como a buen seguro habrán captado los hispanohablantes de Argentina, aunque espero que la imitación haya sido cercana a la perfección.

Por lo que respecta a la serie, pequeñita, de ocho capítulos de unos veintidós minutos de duración cada uno, no la habría visto, no por la temática sino porque busco otros perfiles, salvo por las circunstancias excepcionales que la acompañaban y que ya he citado. La tal Cris Miró fue una diva argentina de los 80 y 90, por hacer una similitud era la época de la Veneno en España, solo que la española era muy ordinaria y de baja extracción social y Cris Miró venía de una familia normal, e incluso ella misma comenzó a estudiar Odontología en la universidad, aunque eso sí, se trataba de dos personajes muy mediáticos.

La serie narra esos primeros años de juventud, donde Cris tiene una inclinación femenina y, sobre todo, el afán por triunfar en el mundo de los escenarios y la farándula, lo cual consiguió a través de su talento, su carisma y un físico espectacular, en el que se valoraba cierta ambigüedad que abría los ojos a una sociedad, la argentina, en España pasaría igual, que comenzaba a normalizar situaciones que hasta ese momento se movían en la clandestinidad o en el ámbito privado.

He de decir que, pese a que no es una serie que pueda decir que me ha entusiasmado, precisamente la temática sexual se aborda con elegancia y seriedad, no se omiten pasajes de brutalidad y machismo por parte de las autoridades, pero no se ceba. También se narra la dificultad de la protagonista para encajar con su familia, aceptada por su padre y a medias por su hermano pero enfrentada a su madre, y a la muerte de su progenitor es cuando madre e hija van aceptando la situación y todo desemboca en el cauce adecuado y enternecedor.

Cris Miró fallecería de cáncer linfático derivado del VIH a la edad de 33 años, por cierto que en la serie hay unas imágenes reales suyas de una entrevista en televisión, tampoco se elude en la serie la alusión a episodios de excesos de drogas, alcohol y sexo, casi intrínsecos a una vida nocturna donde imperaba todo eso. Lo cierto es que también la serie ha tenido el acierto de no entrar en esos detalles escabrosos del deterioro de la artista y en el metraje se despide elegantemente haciendo un desfile con sus vestidos más icónicos y expresándole a su representante que quiere dejar de medicarse porque los medicamentos la estaban masacrando.

La serie diría que es un poco larga, pese a ser miniserie, tal vez una película larga hubiera encajado mejor, en todo caso la doy por buena teniendo en cuenta esta conexión familiar que tengo con la protagonista y reitero, a la que le deseo toda suerte de éxitos y que pueda verla en un nuevo proyecto que con gusto reseñaré en esta bitácora. Por cierto, la serie está inspirada en el libro «Hembra, Cris Miró: vivir y morir en un país de machos» de Carlos Sanzol.

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