Aparece en mi archivo de libros que voy leyendo en paralelo que esta novela comencé a leerla el 26 de diciembre del pasado año, dicho lo cual y sin temor a equivocarme es el libro que más he tardado en leer en los últimos tiempos. Dos razones han sido las que han dado lugar a esto, por una parte, su larga extensión y, por otra, la complejidad de su lectura.
Ambas magnitudes conectadas entre sí han dado lugar a esta larga travesía literaria, diría que al principio curiosa y después tortuosa. Esta es de las novelas que lees porque hay buena crítica, has visto que alguien la recomienda fervorosamente, e incluso algunas opiniones creo que rozaban lo excelso, algo así como la sensación literaria del año o similar. Y de primeras la verdad es que me llamó atención la temática y las historias que contaba, digamos que hasta la página 300 de las casi 1.000 que tiene, me ilusionó, tenía una trama compleja pero congruente y entendible, pero va de más a menos, al final, el último tercio es absolutamente incomprensible, caótico, inconexo.
Claro que mi crítica no puede ser buena, ni salva la novela el hecho de que al principio me hubiera parecido interesante, el resultado en su conjunto es el que es y la valoración es negativa; pero esto se convirtió en un engaño y en un reto a la vez, porque después de haber leído tantas páginas ya tenía que seguir pese a que aquello se volvía a ratos un ente inabordable, me la dejaba sin leer durante semanas, luego leía muchas páginas de una vez, y recordaba que el tiempo que había utilizado en el pasado para leerla no podía resultar vano, así que me dije que ya que estaba debía tener redaños para terminarla, esa es la parte positiva, que he tenido el valor para acabarla, porque estar está bien escrita y vamos a pensar que no todo el tiempo fue definitivamente perdido.
Digamos que la propuesta es buena pero acaba siendo fallida, me atrevería a afirmar que por un exceso de ambición por parte de la escritora, por haber hecho largo lo que puede ser más corto, por haber complicado la trama, por haber utilizado muchos recursos narrativos excesivamente modernos aunque sin pies ni cabeza, y por introducir tal panoplia de personajes (uno de los grandes males de los escritores) que hay que hacer un esfuerzo ímprobo de memorización o anotación externa para poder mínimamente comprender el desarrollo de la acción.
Ya digo que la base que sustenta el relato tenía visos de poder haberle sacado mucho jugo, «Los escorpiones» gira alrededor de toda una corriente (esos escorpiones podría ser una especie de ente sectario), creo que existente, sobre los suicidios más o menos dirigidos, alimentados por drogas, sexo, conspiraciones, depravación, violencia… Sí, ese argumento tiene un soporte que más real y actual, tenía los mimbres para haber tejido una trama interesante y digamos que en la mente de la escritora lo estuvo, pero creo que cuando lanzó la idea y la desarrolló luego no supo resolverla, quiso contar muchas cosas para no quedarse en nada.
Es una novela de autor, de autora en este caso, especialmente esnob, pero me cuesta trabajo pensar que nadie sea capaz de explicar el argumento, no ya brevemente, lo cual es complicado por el millar de páginas, sino escribir acerca de una trama estructurada porque una novela con tantos personajes, saltos en el tiempo, islas argumentales, capítulos irrelevantes e inconexos, y que se lee de manera indefectible en más de un mes haciéndolo de forma continua y empeñada, o uno es un fuera de serie, un superdotado, afortunadamente yo no lo soy, o no es posible ese fin.
Lo curioso es que al empezar a leerla pensé que era una colección de relatos, ya que unos nada tenían que ver con los otros, de hecho, se mezclan historias actuales con otras que se remontan a la Italia de la dictadura de Mussolini, supuestamente en los años previos a la II Guerra Mundial.
En todo caso, por entrar algo en el fondo, que ciertamente se queda en agua de borrajas porque el ensayo resulta fallido, en la novela está latente toda un movimiento a lo largo de los años, más revivido ahora si cabe a causa de las redes sociales y la inabordable cantidad de datos a que tenemos acceso a tan solo un clic, acerca de la existencia de personas, entes, webs, música y todo tipo de expresiones que contemporáneamente han inducido a que la gente se suicide más por moda que por convicción.
Con ese planteamiento nacen historias que se van sucediendo de gente inspirada por cierta modernidad, por indagar en esos escenarios subterráneos, esas cloacas del pensamiento y de algunos lugares donde determinadas personas buscan no una droga en sí, sino lo sórdido de la sociedad donde hay sonidos que invitan a evadirte, músicas, psicodelia, depravación, y sí también psicotrópicos.
Sara Barquinero es supuestamente la Sara que también aparece en algún momento de la novela, una Sara en Madrid, en Barcelona, en Nueva York…, no llego a saber si es ella, la escritora, si son varias o si en realidad la autora no se estaba tomando esas drogas que se narran en la novela, todas de una vez.
¿Se puede sacar una conclusión? Quisiera pensar que el resorte argumental acerca de la existencia de un submundo en el que quien quiera, con no demasiado esfuerzo, puede conseguir herramientas para abandonar esta existencia como si de un juego se tratase, nos deja una lectura pedagógica, en una simbiosis de modernidad, locura y perversidad. La realidad ya la conocemos, y es que incluso la IA está en tela de juicio porque ha facilitado esas herramientas a chavales jóvenes que están en un callejón sin salida, y tiene tela porque ya es la vida demasiado compleja como para que encima ayudemos gratuitamente a empujar al que está en una situación delicada, quién no lo ha estado.
Me quedo con ese primer tercio de novela, que además es del que mejor me acuerdo, los dos tercios restantes van decayendo de forma drástica hasta convertir esta publicación en un ensayo de nada y en un engendro incomprensible que, desde luego, poco contribuiría a ayudar a tomar conciencia del problema de fondo. El que quiera suicidarse sí que podría leer la novela para finalmente pegarse un leñazo con el tomo, yo por suerte la leí en el ordenador y ya estaba deseando eliminar el archivo que ha estado contaminando mi ordenador durante un año.

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