EL ESPECTÁCULO DEL PIRAGÜISMO EN AGUAS BRAVAS

Habrá pocos deportes más bellos y estéticos que el piragüismo en aguas bravas, en su modalidad de eslalon, que es la olímpica. Será porque tenemos oportunidad de verlo pocas veces en la tele, o su escasa difusión; el caso es que cuando rara vez echan alguna retransmisión, difícilmente me puedo levantar del asiento por esa espectacularidad y atractivo que despierta en mí este deporte.

Viene al hilo de este articulillo, el hecho de que esta semana que ha acabado se ha estado celebrando en Tacen (Eslovenia), a las afueras de su capital Ljubliana, los Campeonatos del Mundo de esta especialidad y Teledeporte se ha portado echando algunas horillas en directo, aunque el resto de medios de comunicación hayan obviado este evento o lo hayan referido de pasada.

Se trata de un deporte en el que tiene que haber un justo equilibrio entre fuerza y técnica, no puede imponerse ninguna de estas dos habilidades, porque se corre el riesgo de no poder alcanzar el éxito. Las pruebas son contra el reloj, en un recorrido en el que se establecen unas puertas colgantes, lo más parecido que conocemos son las de esquí, y los piragüistas deben pasarlas siguiendo el curso del río o remontando el mismo (para ello están señaladas de verde o rojo, indicando la dirección para atacarlas), con lo cual de ahí que se necesite fuerza, pero también la suficiente pericia técnica para avanzar y retroceder superando todas las puertas sin saltarse ninguna, luchando contra la corriente y, por supuesto, evitando tocar cualquiera de las dos barras que delimitan la puerta. Si se toca alguna se añaden dos segundos al tiempo final, y si se comete el fiasco de saltarse alguna, nada menos que cincuenta segundos de penalización.

Al igual que ocurre en el piragüismo de aguas tranquilas, existen dos tipos de canoa: 1. La canoa kayak, en la que los deportistas van sentados y tienen una pala de dos hojas, identificándose sus modalidades con la letra K, en este caso, K-1, K-2... 2. La canoa canadiense, en la cual los piragüistas van arrodillados en la embarcación y se impulsan con una pala de una hoja en uno solo de sus extremos, identificándose esta disciplina con la letra C, C-1, C-2.

La singularidad de este deporte, cuya práctica podemos entender por lógica que es tan antigua como el ser humano, es que en la época contemporánea, cuando comenzó a practicarse como deporte y a organizarse competiciones al efecto, se llevaba a cabo en cauces de ríos con determinadas características de cauce, dimensiones, accesibilidad... En la actualidad, hay un factor que predomina sobre el resto y es la seguridad, por eso desde hace unos veinte años a esta parte se ha generalizado la construcción de canales artificiales, aprovechando en muchos casos cauces de ríos, donde se reduce la peligrosidad de las aristas de las rocas o la baja profundidad de las aguas (no es raro ver cómo algunas piraguas se dan la vuelta), lo que permite que la competición sea segura, que el cauce sea constante y, por supuesto, que haya buenos servicios y comodidades alrededor.

Ni que decir tiene que estas infraestructuras son ciertamente costosas y eso ha hecho que hasta hace bien poco no se haya consolidado como un deporte oficial en los Juegos Olímpicos. En 1972, los alemanes construyeron en Munich el Eiskanal con ocasión de estos Juegos, y después hubo que esperar veinte años hasta que en los inolvidables Juegos de Barcelona se obró en la localidad de Seo de Urgel el Parque Olímpico del Segre, con su canal de aguas bravas. Desde ese momento las siguientes sedes han ido ideando sus correspondientes infraestructuras y, afortunadamente, va a ser una modalidad con la que podremos seguir disfrutando en las sucesivas citas cuatrienales.

En la historia reciente de los Juegos Olímpicos existe una de esas pequeñas leyendas que acompañan al mayor acontecimiento deportivo del orbe. En los últimos Juegos, los de Pekín 2008, en la disciplina de K-1 competía un exótico deportista de color, representando a Togo y de nombre Benjamin Boukpeti. Sorprendentemente en apariencia, hizo el mejor tiempo en las semifinales y se colgó la medalla de bronce en la final. La primera medalla en la historia de los Juegos Olímpicos para ese país africano. No obstante, tenía truco, el tal Benjamin, era y es hijo de togolés y de madre francesa; nacido y criado en Francia, sólo había estado una vez en Togo, con tan sólo dos años; y siendo un piragüista de cierto renombre en nuestra vecina nación, tuvo que optar por competir por su país de nacimiento o por el de su otra nacionalidad, y decidió hacerlo por Togo para tener más facilidades de acceso a torneos, campeonatos y Juegos Olímpicos, de hecho su hermano mayor competía por Francia. Y no, la medalla no fue realmente una sorpresa porque en la Copa del Mundo celebrada un mes antes de los Juegos, ya había sido medalla de plata. Por cierto, según he leído por ahí, en Togo sigue siendo un completo desconocido.

Si bien en los Campeonatos del Mundo hay diversas modalidades tanto en K como en C, en los Juegos Olímpicos sólo hay cuatro, C-1, C-2 y K-1 en hombres, y K-1 en mujeres; de todas estas la que más expectación despierta desde que se incorporó al programa olímpico es el C-1, quizá porque es la más espectacular y brillante de todas. Siendo un deporte de gran tradición en Europa Central, sobresalen como estrellas rutilantes, dos deportistas que llevan casi dos décadas (empezaron muy jóvenes) pugnando por ser el mejor piragüista en aguas bravas de la historia, se trata del francés Tony Estanguet y del eslovaco Michal Martikán, y lo cierto es que es una gozada ver cómo se impulsan en el agua y superan cada puerta.

Por cierto que por fortuna para nuestro país y no por el escaso seguimiento que se le hace a este deporte, los éxitos van llegando. Ánder Elósegui a punto estuvo de tocar pelo en Pekín y quedó cuarto en C-1. El año pasado se celebraron los Campeonatos del Mundo en Seo de Urgel y se lograron cuatro medallas: plata en K-1 femenino (Maialen Chourráut), bronce en K-1 masculino (Carles Juanmartí), y dos bronces en K-1 y C-1 masculino en patrullas por equipos. En los Campeonatos del Mundo celebrados esta pasada semana en Eslovenia, hemos podido asistir en las aguas del río Sava a la medalla de bronce de Jordi Domenjó en C-1, nada menos que detrás de los indiscutibles dominadores de la especialidad Martikán y Estanguet, y en K-1, Joan Crespo se quedó a las puertas de los puestos de honor, quedando en 4º lugar. Todas las medallas individuales fueron en modalidades olímpicas, o sea que buenas noticias de cara a Londres 2016.

Y por último, y para demostrar el caso que se le hace a este deporte en España. En los Juegos de Pekín, estuve siguiendo casi más las transmisiones deportivas por Internet que por televisión, sobre todo porque me interesaba más lo que estaba haciendo nuestro país en deportes minoritarios: lucha, judo, pentatlón moderno, boxeo, tenis de mesa, que lo que estaba pasando en deportes de masas. Y Televisión Española se entretuvo en utilizar los horarios donde se concentraba la mayor participación hispana, para asaetearnos con partidos de fútbol intrascendentes de selecciones que a mí me importaban un pimiento (ni siquiera España se clasificó para este deporte), o con la gimnasia o la natación; mientras que en ese momento un español se estaba jugando claramente una medalla, y podían haber conectado un momento, o haber simultaneado dos deportes, colocando uno de ellos como principal y otro en un ángulo de la pantalla. De hecho, la clara opción de medalla de Ánder Elósegui, se quedó a un segundo y medio del bronce, la echaron en diferido y me quejé amargamente a la Defensora del espectador de TVE, por la mala planificación de las transmisiones y la buena señora, tan pancha ella, me respondió por correo electrónico textualmente:

“En cuanto a la cobertura a los deportistas españoles por desgracia, no podemos dar a todos los deportistas españoles que participan en los Juegos Olímpicos en directo. Eso sí, intentamos en todo momento dar sus actuaciones aunque sean en diferido por el hecho de que los deportistas españoles son prioritarios para TVE.

TVE, a través de sus más de mil horas de emisión, intentará estar, siempre que se pueda, con los deportistas españoles en directo, pero sin obviar que los Juegos tienen una dimensión internacional y que es obligación informar de todos los grandes deportistas, españoles o no, que participan en ellos.”


Pues menuda defensora del espectador, es decir, argumenta un total contrasentido, el deportista español es prioritario, eso quiere decir que una opción de medalla te la echan en diferido, y en ese mismo momento te estaban largando un “interesantísimo”, por ejemplo, Bélgica – Iraq del torneo de fútbol. Y sinceramente para mí era tan importante la medalla que podía haber logrado Ánder Elósegui como la de Rafa Nadal, que dicho sea de paso me cae muy bien.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Curioso caso el del togolés-francés aunque creo que es comparable al de uno de los López-Zubero de natación que, aunque español de nacionalidad, se formó como nadador y como persona en los EEUU y pronunciaba su comida favorita, a la sazón tortilla de patatas, con un extrañísimo acento tejano parecido al de Aznar en su periplo americano.

Saludos.