"LOS GALLOS DE LA MADRUGADA" Y EL CINE DE PACO LEIVE

Pensar en las veces que fui al cine cuando era pequeño, me obligan a remontarme hace muchísimos años, a una época en la que los cines como tales estaban en todo su apogeo; en Linares habría no menos de diez salas entre los de verano e invierno. Recuerdo con especial ilusión aquellas calurosas noches de verano en que mis padres nos llevaban a ver una película de Cantinflas o de Manolo Escobar (antes eran muy populares, hoy no sería capaz de verlas ni diez minutos), al cine Córdoba, al Roselly, al Mosquito, al Plaza de Toros..., con el bocadillo a cuestas y la botella de agua del grifo (nada de aguas minerales, que eso son inventos modernos).

También recuerdo unos héroes que hacían furor entre los niños de mediados de los 70, “los tres superhombres”, unos habilidosos y musculados saltimbanquis que luchaban contra el mal por medio mundo (hasta tenía un traje de estos personajes); por supuesto, tuve oportunidad de revisar estas películas hace un par de años y son poco menos que cutrecillas.

Y en mi imaginario particular, rememoro con mucha añoranza las largas temporadas en Begíjar, en verano pasábamos prácticamente de junio a septiembre, y allí también había cine, el cine de “Paco Leive”. Por esas suertes del destino, este hombre resultaba ser familia de mi padre (ahora mi padre me ha confirmado que familia lejana), pero el caso es que a mi hermano y a mí nos dejaban entrar de gorra siempre que queríamos, y yo creo que hubo algunos años en que no nos perdíamos ninguna película de “estreno”, calculo que vendrían con algunos meses o años de retraso y Paco Leive las mantenía en cartelera dos o tres días, lo justo para que todos los aficionados begijenses pudieran verlas, de hecho, allí también echaron “los tres superhombres” y junto con mis primos hicimos nuestra propia versión en el patio de mi abuela.

Seguro que vi muchas películas en el cine de verano de Paco Leive, en el de invierno que estaba justo al lado menos, pero siempre he tenido grabada en mi memoria las escenas de una película que me impactó y que van ligadas a mis recuerdos de aquel cine de verano begjjense: una mujer muerta en la playa, un vendedor ambulante y dos actores fácilmente reconocibles, Concha Velasco y Fernando Fernán Gómez. Hace apenas unas semanas me propuse averiguar de qué película se trataba, y la verdad es que no me fue nada difícil dar con ella. Aprovecho para comentar que hay una magnífica página web de cine, que yo diría que es la mejor en lengua castellana, se trata de www.filmaffinity.com.

No tuve más que repasar en los resultados de su buscador interno las películas que habían protagonizado conjuntamente ambos actores y ver un poco de su argumento para saber que era esa la película, “Los gallos de la madrugada” de José Luis Sáenz de Heredia, sí el mismo, ese director de cine del régimen que dirigió “Raza”, con guión escrito al parecer por Franco, y director también de algunas de esas mamarrachadas que protagonizó Paco Martínez Soria y que como droga sistemática (opio del pueblo), TVE sirve y administra con regularidad, para asilvestrar las mentes, los sábados por la tarde en el deleznable “Cine de barrio”.

Se ve que a este hombre, en las postrimerías de su carrera, en 1971, le dieron un poco de manga ancha, ya que cuenta la historia de una muchacha ligerita de cascos que tiene un trágico final, al acabar asesinada en la arena de una playa almeriense. No, no destripo el final por si alguien quiere verla, pues tan fatídico desenlace es lo primero que se ve en la película, y en el desarrollo de la misma se cuenta la historia de la señorita, sus andanzas, y las pesquisas para averiguar quién la mató.

Por la fecha de la película esta sería una de las que Paco Leive traía a su cine con dos o tres años de retraso, básicamente porque en 1971 yo apenas estaba empezando a hablar. Puedo recordar o imaginar que era de esas para mayores de 18 años (el componente erótico era mínimo, salvo lo que cada cual pudiera imaginarse), pero no recuerdo que eso se tuviera muy en cuenta para impedirnos a mi hermano y a mí el acceso al cine.

La película no es para tirar cohetes, es mediocre, aunque tiene detalles, la fotografía está muy bien trabajada, ambientada en la costa almeriense y la sola presencia de Fernán Gómez, aunque con un personaje que no le encaja, es siempre sobresaliente. El daño o defecto de la película es que mezcla de forma un tanto surrealista y en una misma escena el tratamiento de aspectos trágicos con tonos o comentarios ingenuos y cómicos, de algún modo, se satiriza la muerte y eso deja cojo el esquema del filme.

Aparte de que el metraje deja un poso de cierto machismo o más bien de velada culpabilidad de la mujer por ser como es; me recuerda, del mismo modo, no sé si Sáenz de Heredia se inspiraría en ella, a la cinta francesa que data de 1960, “Y Dios creó a la mujer”, la ópera prima del cineasta Roger Vadim, que encumbró a Brigitte Bardot como mito erótico de los sesenta. En esta producción ocurre lo mismo que en la película española, desarrollada en las playas de Saint Tropez, trata de una mujer rompecorazones que enamora a todos y que genera luchas y celos entre los hombres que se relacionan con ella, sólo que el final no es trágico y la Bardot es rubia.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Todavía sigo recordando las películas de los tres superhombres.Me gustaría saber como volver a verlas aunque sean casposas.
Pedro Manuel Martos Jódar ha dicho que…
Lo cierto es que verlas las he visto recientemente. Lo que ocurre es que las que puedes encontrar en Emule, por ejemplo, están en italiano; pero se dejan ver (con el tiempo se nota lo cutres que eran), sobre todo para pasar un buen rato y recordar viejos tiempos.
Anónimo ha dicho que…
Me alegro de encontrar esta entrada sobre Los gallos de la madrugada. A A mí me ha gustado y me ha parecido muy interesante. Concha me ha parecido fascinante y, al contrario de lo que dice usted, excitante, súper erótica. Y también me han gustado mucho Fernando y Alfredo Mayo.
Ah, y también discrepo de su opinión sobre Martínez Soria y Cine de Barrio en general; yo creo que muchas de las pelis que ofrecen tienen su interés, como producto sociológico de la época y, muchas veces, por su valor artístico e incluso intelectual. Por ejemplo, Don Erre que Erre y tantas otras.
Un placer pasar por aquí; a ver si me dejo caer a menudo. Un saludo afectuoso.
carlos
Anónimo ha dicho que…
ME SUSCRIBO A LAS PALABRAS DEL ANÓNIMO, LOS GALLOS DE LA MADRUGADA ME HA PARECIDO GENIAL , GRACIAS A LAS NOCHES DE LA 2 PODEMOS DISFRUTAR DE NUESTRO CINE ESPAÑOL, CON GRANDES OBRAS MAESTRAS DE LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS.

11 AGOSTO DE 2016